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LA IGLESIA DEL PUEBLO.
Como por el peso de los años, se inclinaba la torre de la iglesia, mi infancia al lado de esos muros cubiertos de musgo recordaba.
Cuantas veces el caracol de su escalera, subimos por llegar al campanario, desde allí se divisa todo el pueblo, casa y huertos , monte lejano.
Y delante de ella una explanada cuatro acacias dos negrillos , y en el alma, tantos ratos protegidos por su sombra, que pasamos jugando a la baraja.
Las piedras lamidas por el viento, gastadas por granizos, por helads, reflejan la vida de la gente
Surcos abiertos
En la tierra y en la cara
En invierno junto a la sacristía las mujeres del barrio en sillas bajas aprovechan el tibio sol de media tarde para echar unos remiendos mientras charlan.
Los dos negrillos se secaron, también se murió alguna acacia, igual que se fueron las personas que muy cerca de la iglesia habitaban .
Cambiaron el tejado, las campanas también la entrada.
Pero a pesar de eso los recuerdos, los momentos vividos en sus tapias ,
Las noches de luna
Los días de agua
Por mucho que nos empeñemos no admiten reformas
Nunca cambian
Sara Pomeda Rodriguez desde San Sebastían de los Reyes .Para todos los simpatizantes de mi pueblo.
Como por el peso de los años, se inclinaba la torre de la iglesia, mi infancia al lado de esos muros cubiertos de musgo recordaba.
Cuantas veces el caracol de su escalera, subimos por llegar al campanario, desde allí se divisa todo el pueblo, casa y huertos , monte lejano.
Y delante de ella una explanada cuatro acacias dos negrillos , y en el alma, tantos ratos protegidos por su sombra, que pasamos jugando a la baraja.
Las piedras lamidas por el viento, gastadas por granizos, por helads, reflejan la vida de la gente
Surcos abiertos
En la tierra y en la cara
En invierno junto a la sacristía las mujeres del barrio en sillas bajas aprovechan el tibio sol de media tarde para echar unos remiendos mientras charlan.
Los dos negrillos se secaron, también se murió alguna acacia, igual que se fueron las personas que muy cerca de la iglesia habitaban .
Cambiaron el tejado, las campanas también la entrada.
Pero a pesar de eso los recuerdos, los momentos vividos en sus tapias ,
Las noches de luna
Los días de agua
Por mucho que nos empeñemos no admiten reformas
Nunca cambian
Sara Pomeda Rodriguez desde San Sebastían de los Reyes .Para todos los simpatizantes de mi pueblo.