S. ARIZAGA La Asociación Unión de Guardias Civiles (UGC) denunció ayer «presiones para que se incremente la estadística de sanciones, sobre todo, en Tráfico, porque han bajado». En concreto, el vicesecretario nacional de la UGC, Ramón Rodríguez Prendes, mencionó al teniente coronel de la Comandancia de Zamora, Antonio Rodríguez Medel-Nieto, como responsable de esa presión, «se juega la productividad en su nómina, que en lo que va de año ha sido de 3.000 euros; y los guardias no han recibido ni un euro». El responsable de la Asociación concluyó que «este sistema permite a la Guardia Civil mantener a los mandos agarrados para que no se mueva nada».
A esta dura crítica, se sumó la derivada de la negativa a proporcionar un local a la UGC para desarrollar su actividad «con un mínimo de dignidad», tal y como establece la normativa aprobada por la Dirección General, «en Zamora parece que es diferente», reprochó Rodríguez Prendes, antes de hacer hincapié sobre el agravio comparativo de que existan «una peluquería donde te cortan el pelo por cuatro euros si eres guardia o conocido» de alguno y «una zapatería» para arreglar el calzado. Actividades «que son una ilegalidad» y «competencia desleal» para los negocios de la capital, agregó. Mientras, la Comandancia da «la callada por respuesta» a la solicitud de local de la Asociación en Zamora, cuyo secretario provincial se abstuvo ayer de pronunciar palabra en la rueda de prensa «por miedo a represalias, ejemplo del ambiente democrático de la Comandancia», aclaró el responsable nacional y vocal del Consejo de la Guardia Civil.
A estas reprobaciones se sumó el secretario de UGC en Castilla y León, Javier Santamaría Lobato, para censurar la actitud de «mandos que interpretan a su manera las normas y se niegan sistemáticamente a reformas porque no están dispuestos a aceptar avances por pequeños que sean», como es el caso del teniente coronel de Zamora, «que prefiere tener una peluquería y una zapatería» a facilitar un local a los guardias. Al menos hay «diez viviendas sin ocupar en la Comandancia y no se nos facilita ninguna. Eso dice mucho del talante retrógrado del teniente coronel», precisó Rodríguez Prendes.
Por otro lado, los integrantes de esta organización están elaborando un estudio sobre los 24 cuarteles existentes en la provincia, a fin de «iniciar una reestructuración y reducir el número en diez para crear unidades más grandes, con más efectivos, 30 por cada uno». Esta medida permitirá, a juicio de la Asociación, mantener durante más tiempo abiertos los cuarteles, «ahora cerrados al público durante 16 horas. Se aprovecharían mejor», además, «los escasos efectivos y se ofrecería un mejor servicio al ciudadano», concluyó el vocal del Consejo.
A esta dura crítica, se sumó la derivada de la negativa a proporcionar un local a la UGC para desarrollar su actividad «con un mínimo de dignidad», tal y como establece la normativa aprobada por la Dirección General, «en Zamora parece que es diferente», reprochó Rodríguez Prendes, antes de hacer hincapié sobre el agravio comparativo de que existan «una peluquería donde te cortan el pelo por cuatro euros si eres guardia o conocido» de alguno y «una zapatería» para arreglar el calzado. Actividades «que son una ilegalidad» y «competencia desleal» para los negocios de la capital, agregó. Mientras, la Comandancia da «la callada por respuesta» a la solicitud de local de la Asociación en Zamora, cuyo secretario provincial se abstuvo ayer de pronunciar palabra en la rueda de prensa «por miedo a represalias, ejemplo del ambiente democrático de la Comandancia», aclaró el responsable nacional y vocal del Consejo de la Guardia Civil.
A estas reprobaciones se sumó el secretario de UGC en Castilla y León, Javier Santamaría Lobato, para censurar la actitud de «mandos que interpretan a su manera las normas y se niegan sistemáticamente a reformas porque no están dispuestos a aceptar avances por pequeños que sean», como es el caso del teniente coronel de Zamora, «que prefiere tener una peluquería y una zapatería» a facilitar un local a los guardias. Al menos hay «diez viviendas sin ocupar en la Comandancia y no se nos facilita ninguna. Eso dice mucho del talante retrógrado del teniente coronel», precisó Rodríguez Prendes.
Por otro lado, los integrantes de esta organización están elaborando un estudio sobre los 24 cuarteles existentes en la provincia, a fin de «iniciar una reestructuración y reducir el número en diez para crear unidades más grandes, con más efectivos, 30 por cada uno». Esta medida permitirá, a juicio de la Asociación, mantener durante más tiempo abiertos los cuarteles, «ahora cerrados al público durante 16 horas. Se aprovecharían mejor», además, «los escasos efectivos y se ofrecería un mejor servicio al ciudadano», concluyó el vocal del Consejo.