Desde hace seis meses poseo un iPhone 3GS. Mi iPhone es una oficina ambulante. Bien mirada, toda mi vida social está en este aparato. Ya no puedo vivir sin él. Y, por lo visto, mi teléfono tampoco puede vivir sin mí.
Cuando por las mañanas llego a mi oficina puedo comenzar mi trabajo de inmediato. Durante el viaje previo en tren ya fui capaz de revisar mis correos electrónicos, ponerme al día con Twitter y con mis cuentas de otras redes sociales. Desde telefonista y agenda hasta correo electrónico, ... (ver texto completo)
Cuando por las mañanas llego a mi oficina puedo comenzar mi trabajo de inmediato. Durante el viaje previo en tren ya fui capaz de revisar mis correos electrónicos, ponerme al día con Twitter y con mis cuentas de otras redes sociales. Desde telefonista y agenda hasta correo electrónico, ... (ver texto completo)