S. RAMOS, CUELGAMURES Los responsables de la Quesería Campo Prieto, regentada por el matrimonio Andrés Campo y Carmen Prieto, no han parado de recibir galardones, desde el año 2008, cuando recibieron el premio al mejor queso artesano de Castilla y León.
El último, el Botiguero de Oro al queso Juventud, con 120 días de duración, que era otorgado ayer por los organizadores de la feria. Unas distinciones con las que ha ganado reconocimiento y probablemente mercado, aunque es precisamente esto lo que no le falta. Un factor importantísimo cuando el país está sumergido en una profunda crisis. «Tenemos una demanda muy superior a los 15.000 kilos de queso que vendemos al año», explica la portavoz de la Quesería Artesanal de Cuelgamures, Carmen Prieto.
El mercado que conoce bien el producto, está principalmente en Andalucía y Cataluña, donde justamente estos días han acudido a la Feria Alimentaria que se celebra en Barcelona.
A partir de ser reconocido como el mejor queso artesano de Castilla y León ya han sido cinco las denominaciones recibidas bien a través de los Cincho de Oro, en 2008, y de Plata, además del Botiguero de Oro que también les denominaba hace dos años, con el queso curado y otro de Plata al semicurado.
Han pasado catorce años desde que la pareja apostara por la fabricación quesera en una pequeña industria ubicada a las afueras de Cuelgamures y con no pocos problemas para la distribución y para la fabricación debido a la escasa potencia que existía en el suministro eléctrico, situación ésta que entorpecía y mucho la labor del ordeño y de la elaboración del producto. Poco a poco, y tras muchas reclamaciones, la situación ha mejorado no sólo en cuanto a las infraestructuras más básicas, sino también en el propio negocio. «Hasta hace cinco años fabricábamos el queso con la mitad de la leche que daban las ovejas y la otra mitad la vendíamos. Pero ahora elaboramos toda la producción de la cabaña ganadera», de la raza Assaf. A día de hoy, Campo Prieto es una empresa consolidada, con un amplio mercado nacional, si bien Carmen reconoce que todavía les queda por conquistar el mercado más cercano, el zamorano. «Durante el próximo fin de semana estaremos vendiendo en Botiguero, pero la mayor demanda en nuestro caso es fuera de la provincia».
El último, el Botiguero de Oro al queso Juventud, con 120 días de duración, que era otorgado ayer por los organizadores de la feria. Unas distinciones con las que ha ganado reconocimiento y probablemente mercado, aunque es precisamente esto lo que no le falta. Un factor importantísimo cuando el país está sumergido en una profunda crisis. «Tenemos una demanda muy superior a los 15.000 kilos de queso que vendemos al año», explica la portavoz de la Quesería Artesanal de Cuelgamures, Carmen Prieto.
El mercado que conoce bien el producto, está principalmente en Andalucía y Cataluña, donde justamente estos días han acudido a la Feria Alimentaria que se celebra en Barcelona.
A partir de ser reconocido como el mejor queso artesano de Castilla y León ya han sido cinco las denominaciones recibidas bien a través de los Cincho de Oro, en 2008, y de Plata, además del Botiguero de Oro que también les denominaba hace dos años, con el queso curado y otro de Plata al semicurado.
Han pasado catorce años desde que la pareja apostara por la fabricación quesera en una pequeña industria ubicada a las afueras de Cuelgamures y con no pocos problemas para la distribución y para la fabricación debido a la escasa potencia que existía en el suministro eléctrico, situación ésta que entorpecía y mucho la labor del ordeño y de la elaboración del producto. Poco a poco, y tras muchas reclamaciones, la situación ha mejorado no sólo en cuanto a las infraestructuras más básicas, sino también en el propio negocio. «Hasta hace cinco años fabricábamos el queso con la mitad de la leche que daban las ovejas y la otra mitad la vendíamos. Pero ahora elaboramos toda la producción de la cabaña ganadera», de la raza Assaf. A día de hoy, Campo Prieto es una empresa consolidada, con un amplio mercado nacional, si bien Carmen reconoce que todavía les queda por conquistar el mercado más cercano, el zamorano. «Durante el próximo fin de semana estaremos vendiendo en Botiguero, pero la mayor demanda en nuestro caso es fuera de la provincia».