Para llenar el mortero
Los 401 puestos de la Feria del Ajo combaten las altas temperaturas para poner a la venta un millón de kilos que oscilan entre los dos y los cinco euros
M. J. F.
De todos los tamaños y para todos los gustos. Los 401 puestos que este año participan en la Feria del Ajo, 45 más que en la edición anterior, ponen al alcance de los zamoranos alrededor de un millón de kilos de ristras listas para llenar las despensas de los hogares zamoranos.
«La mayor parte de los clientes compran por el aspecto, los que más les entran por los ojos», asegura Arantza Torres, una de las vendedoras procedentes de Fuentespreadas que participan en la edición de este año. Las dos variedades que se encuentran en la feria son el ajo blanco y el morado, «que pica más y se conserva mejor», distingue esta productora, que lleva asistiendo a este certamen más de diez años.
Los clientes adquieren desde tres o cuatro ristras a un haz entero, compuesto por una decena de hilos
En cuanto a la cantidad que adquiere cada cliente, Atantza Torres afirma que «lo normal es comprar un mínimo de dos ristras aunque algunos optan por una cantidad mayor y compran hasta un haz entero, compuesto por una decena de ristras».
El precio de venta de los ajos oscila entre los dos euros, de las cabezas más pequeñas, a los cinco euros, de las más grandes. Aunque depende del gusto del consumidor, «por lo general la gente opta por los ajos más baratos, normalmente los de tres euros», afirma Marcelino Tejeda, procedente de Fuentesaúco, otro de los vendedores presentes este año en la feria, a la que lleva acudiendo durante los últimos 20 años. Los precios son similares a los de años anteriores para combatir el descenso del poder adquisitivo causado por la crisis, que también explica el aumento de participación de vendedores. «Hay mucha gente que se ha quedado en el paro y la venta de ajos es una opción para obtener algo de dinero», opina Tejada.
Sin embargo, la crisis no parece haber tenido un efecto sobre las ventas «ya que el ajo siempre se utiliza y nunca se va a dejar de comprar», según plantea Luis Pérez Carchena, de Fuentelapeña. Sin embargo, la feria comenzó ayer con un ritmo de ventas «flojo», a juicio de varios participantes consultados. Unas expectativas que esperan corregir con el cuarto día de duración que incorpora el certamen, frente a los tres de años anteriores.
La feria, organizada con la colaboración de Caja Rural, se inauguró ayer a las seis de la tarde con la presencia de varias autoridades, entre las que se encontraba la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, varios concejales del equipo de Gobierno y Manuel Fuentes, en representación del grupo municipal del PSOE. La clausura se celebrará el martes, aunque los zamoranos tendrán tiempo de comprar ajos hasta el miércoles por la noche.
El calor se ha convertido en el principal protagonista de la primera jornada de venta. Los casi 40 grados marcados por los termómetros restaron presencia de público durante las horas centrales del día y causaron estragos a los vendedores. Los más sufridos fueron los puestos situados en el centro de la Avenida de las Tres Cruces, sin parasoles como los instalados en los laterales. En su lugar, la organización facilitó sombrillas para soportar las altas temperaturas aunque los más próximos a Cardenal Cisneros no los habían recibido ayer a mediodía. «El calor es insoportable y nosotros hemos pagado lo mismo que el resto de vendedores para estar aquí», protestaba uno de los participantes afectados, Javier Riesco, procedente de El Pego.
El certamen cuenta con la participación de 22 localidades de la provincia y siete productores de Badajoz
En cuanto a la procedencia, la feria cuenta con la participación de 22 pueblos de la provincia y siete productores de Badajoz. Por mayor presencia destaca Bóveda de Toro, con 66 puestos; Villabuena del Puente, con 43; Fuentesaúco, con 42; Cuelgamures, con 30 y El Maderal, con 29. En total, la Feria del Ajo da cabida a 239 agricultores.
Los 401 puestos de la Feria del Ajo combaten las altas temperaturas para poner a la venta un millón de kilos que oscilan entre los dos y los cinco euros
M. J. F.
De todos los tamaños y para todos los gustos. Los 401 puestos que este año participan en la Feria del Ajo, 45 más que en la edición anterior, ponen al alcance de los zamoranos alrededor de un millón de kilos de ristras listas para llenar las despensas de los hogares zamoranos.
«La mayor parte de los clientes compran por el aspecto, los que más les entran por los ojos», asegura Arantza Torres, una de las vendedoras procedentes de Fuentespreadas que participan en la edición de este año. Las dos variedades que se encuentran en la feria son el ajo blanco y el morado, «que pica más y se conserva mejor», distingue esta productora, que lleva asistiendo a este certamen más de diez años.
Los clientes adquieren desde tres o cuatro ristras a un haz entero, compuesto por una decena de hilos
En cuanto a la cantidad que adquiere cada cliente, Atantza Torres afirma que «lo normal es comprar un mínimo de dos ristras aunque algunos optan por una cantidad mayor y compran hasta un haz entero, compuesto por una decena de ristras».
El precio de venta de los ajos oscila entre los dos euros, de las cabezas más pequeñas, a los cinco euros, de las más grandes. Aunque depende del gusto del consumidor, «por lo general la gente opta por los ajos más baratos, normalmente los de tres euros», afirma Marcelino Tejeda, procedente de Fuentesaúco, otro de los vendedores presentes este año en la feria, a la que lleva acudiendo durante los últimos 20 años. Los precios son similares a los de años anteriores para combatir el descenso del poder adquisitivo causado por la crisis, que también explica el aumento de participación de vendedores. «Hay mucha gente que se ha quedado en el paro y la venta de ajos es una opción para obtener algo de dinero», opina Tejada.
Sin embargo, la crisis no parece haber tenido un efecto sobre las ventas «ya que el ajo siempre se utiliza y nunca se va a dejar de comprar», según plantea Luis Pérez Carchena, de Fuentelapeña. Sin embargo, la feria comenzó ayer con un ritmo de ventas «flojo», a juicio de varios participantes consultados. Unas expectativas que esperan corregir con el cuarto día de duración que incorpora el certamen, frente a los tres de años anteriores.
La feria, organizada con la colaboración de Caja Rural, se inauguró ayer a las seis de la tarde con la presencia de varias autoridades, entre las que se encontraba la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón, varios concejales del equipo de Gobierno y Manuel Fuentes, en representación del grupo municipal del PSOE. La clausura se celebrará el martes, aunque los zamoranos tendrán tiempo de comprar ajos hasta el miércoles por la noche.
El calor se ha convertido en el principal protagonista de la primera jornada de venta. Los casi 40 grados marcados por los termómetros restaron presencia de público durante las horas centrales del día y causaron estragos a los vendedores. Los más sufridos fueron los puestos situados en el centro de la Avenida de las Tres Cruces, sin parasoles como los instalados en los laterales. En su lugar, la organización facilitó sombrillas para soportar las altas temperaturas aunque los más próximos a Cardenal Cisneros no los habían recibido ayer a mediodía. «El calor es insoportable y nosotros hemos pagado lo mismo que el resto de vendedores para estar aquí», protestaba uno de los participantes afectados, Javier Riesco, procedente de El Pego.
El certamen cuenta con la participación de 22 localidades de la provincia y siete productores de Badajoz
En cuanto a la procedencia, la feria cuenta con la participación de 22 pueblos de la provincia y siete productores de Badajoz. Por mayor presencia destaca Bóveda de Toro, con 66 puestos; Villabuena del Puente, con 43; Fuentesaúco, con 42; Cuelgamures, con 30 y El Maderal, con 29. En total, la Feria del Ajo da cabida a 239 agricultores.