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CUELGAMURES: ORATIO COMUNICACIÓN. «Haz lo que yo diga, pero no lo...

ORATIO COMUNICACIÓN. «Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga», dice el conocido refrán. Y así se dirigirían los responsables de la quesería Prieto Campo, un pequeño taller artesano donde convierten la materia prima, la leche de oveja, en un producto que ha merecido recientemente dos galardones en los II Premios Internacionales Cincho, que organiza y promueve la Junta de Castilla y León. Así pues, ellos, que saben los que es que se les reconozca su trabajo, le quitarían las intenciones a cualquier vecino que les visitara pidiéndoles consejo para iniciar un negocio propio en el mundo rural. Son valientes que no quieren para los demás lo que a ellos y a otros muchos les toca sufrir todos los días. «Tenemos que trabajar el doble para sacar la mitad», se dicen buscando consuelo.
Todo empezó en 1996, «y la verdad es que fue una aventura un poco seria por la inversión en un pueblo tan pequeñito como éste", reconoce Carmen Prieto, responsable de la idea ex aequo con su marido, Andrés Campo. Por entonces, crearon una pequeña fábrica sin pensar a corto plazo en el rendimiento económico. Trece años más tarde, no dan abasto para producir lo que les demanda el mercado. Todo a raíz de los citados Premios Cincho y a la buena acogida de su producto. Vienen de ampliar en enero la quesería y han conseguido cumplir uno de los objetivos que perseguían: transformar el cien por cien de la leche que producen.
De comenzar con sólo doscientas ovejas a las setecientas actuales. De hacer queso para la familia de manera esporádica en el tradicional cincho de esparto, a cumplir las escrupulosas normas sanitarias en la producción cotidiana de sus curados, curados, y en ocasiones, añejos. De recibir los ánimos de los vecinos para comercializar el alimento artesano, a producir para toda España.
«Los premios han tenido mucha repercusión. En diciembre y enero, tuvimos muchas peticiones y han quedado bastantes clientes», reconoce Carmen. Esos clientes ya no son sólo de Zamora o Cataluña, donde ya enviaban pedidos, sino del resto de España. Porque estos vecinos de Cuelgamures ya habían entendido lo que es la promoción y su necesidad. «Llevo tres años moviéndome. Estamos en Alimentaria de Barcelona, en Gourmet de Madrid, y también en la Asociación de Artesanos Alimentarios de Castilla y León», revelan.
Y aunque se quejan amargamente de la falta de apoyo de la Administración pública – «pasamos más tiempo haciendo papeles que trabajando en la explotación» –, en el fondo se ven como unos afortunados y reconocen la labor de promoción que la Junta de Castilla y León a través de la Consejería de Agricultura y Ganadería está haciendo de su queso. Y es que la caja de productos selectos que porta el nuevo emblema "Tierra de Sabor" contiene uno de estos quesos y viaja allí donde puede crear mercado.
A cualquier se le puede ocurrir pensar qué tiene este queso que no tengan otros y por qué se tiene que dar caprichosamente en un pueblo que apenas sobrepasa el centenar de vecinos. «La clave está en la materia prima. Al contar con nuestra producción propia de leche, es de muy buena calidad y, con una buena elaboración, el producto es de mucha calidad», argumentan estos artesanos. Es decir, calidad. Pero también intención. No sabe igual algo que se hace con esmero y cariño, que las grandes producciones, que mejoran el precio, que carecen de alma propia.
Ahora que ya cuentan con nombre propio, las tiendas de la capital les abren las puertas. No sucedió lo mismo en estos trece años, cuando les decían que ya tenían muchos productos similares. Por eso, ante ellos se adivina un futuro esperanzador, aunque desde dentro no lo ven igual. «A nivel personal, el panorama está complicado. En general, muy negro. El campo es un desastre, la ganadería más. Con los premios, hemos tenido mucha suerte. Como es una empresa familiar, lo sacamos adelante. De otra manera, sería inviable», sentencian.
Entretanto y con su participación en la Asociación de Artesanos Alimentarios de la región, ya han logrado entrar en cadenas como Carrefour y El Arbol, mientras que ya han establecido contactos con El Corte Inglés. Y mientras el lector apura estas líneas, la familia Prieto Campo no descansa. Ahora mismo, están en plena tarea.