Señorío y villa. Así reza la historia sobre la localidad de El Maderal, que ha sido recogida en el libro «El Maderal, Señorío y Villa Condal de Francisco Maldonado» por su hijo adoptivo Domingo Navarro Pérez. Nada se escapa desde los orígenes anteriores a la invasión romana hasta la actualidad.
El autor ha sacado a la luz la obra después de tres años de arduas investigaciones en los archivos de Simancas, el Histórico Nacional y el Diocesano y el propio Ayuntamiento y «tirando de la historia de la localidad de una manera particular y sin esperar lo que ha salido de un pueblo que actualmente cuenta con cerca de 200 habitantes y que tiene un pasado impresionante».
Sobre los orígenes en el libro apunta que «he encontrado hachas y raspadores paleolíticos y pequeños yacimientos de cerámicas y otros objetos de la época del pueblo celta y romano, en zonas cercanas a los dos riachuelos que confluyen en la localidad... pero no he encontrado aquí evidencias de un verdadero asentamiento».
Navarro apunta que «El Maderal fue señorío y contó con un castillo que se convirtió en palacio y la iglesia que se conserva. Como pueblo nace en tiempos de la Reconquista cerca de un castillo y después muy unido al Señorío de El Maderal, que ostentan los Maldonado, una familia noble de Salamanca».
Como datos curiosos se reseña la relación de la familia Maldonado con los Templarios y María Magdalena (patrona de la localidad), ya que miembros de la orden religioso-militar buscaron asilo en el pueblo tras ser abolidos por el Papa Sixto V y la «obligación de todos los señores de El Maderal, sea quien sea y perpetuado de padres a hijos, de conservar la biblioteca de la Universidad de Salamanca», prosigue el autor. Tal «obligación» se extingue en 1837 cuando Isabel II abole los Señoríos en España y posteriormente los mayorazgos en 1841.
Los años de gloria pasan y la localidad llega a la decadencia poblacional como la mayoría de los pueblos de España en los años de la Segunda República y tras la Guerra Civil. Domingo Navarro asegura que la localidad «llegó a tener 900 habitantes, pero la emigración lo mermo. Actualmente hay una población fija de más o menos 250 vecinos pero es por la vuelta a la tierra natal de los mayores de 60 años, hay algún joven, pero aunque no lo parezca El Maderal está vivo».
El volumen «El Maderal, Señorío y Villa Condal de Francisco Maldonado» ha salido a la luz gracias a la financiación del autor y con una primera edición de 750 ejemplares, que han sido impresos en Salamanca con una buena calidad y con fotografías del escritor.
A parte de la documentación en archivos, Navarro destaca la aportación vecinal con sus testimonios, como la de José Benito Sastre sobre el desembarco en Alhucemas (Marruecos), donde estuvo presente. «Es un relato muy fidedigno a lo que es el contenido histórico de la batalla, que él me contó en persona hace muchísimos años. Era tío de mi mujer y ya ha muerto y tal me lo contó lo he reflejado en al libro», prosigue Navarro. Cuando Benito Sastre volvió de la guerra «nadie le conocía en el pueblo porque regresó negro, demacrado, desnutrido... decía "me voy a la guerra siendo joven y vuelvo envejecido y demacrado por el hambre y las calamidades de Marruecos"».
La profesión, maestro nacional, es la que hizo a Domingo Navarro iniciarse en la aventura de escribir el libro que cuenta con 207 páginas y que ha tenido «una acogida fantástica, porque es el primero que se hace de este tipo en la localidad y todos los vecinos quieren tener uno».
El autor ha sacado a la luz la obra después de tres años de arduas investigaciones en los archivos de Simancas, el Histórico Nacional y el Diocesano y el propio Ayuntamiento y «tirando de la historia de la localidad de una manera particular y sin esperar lo que ha salido de un pueblo que actualmente cuenta con cerca de 200 habitantes y que tiene un pasado impresionante».
Sobre los orígenes en el libro apunta que «he encontrado hachas y raspadores paleolíticos y pequeños yacimientos de cerámicas y otros objetos de la época del pueblo celta y romano, en zonas cercanas a los dos riachuelos que confluyen en la localidad... pero no he encontrado aquí evidencias de un verdadero asentamiento».
Navarro apunta que «El Maderal fue señorío y contó con un castillo que se convirtió en palacio y la iglesia que se conserva. Como pueblo nace en tiempos de la Reconquista cerca de un castillo y después muy unido al Señorío de El Maderal, que ostentan los Maldonado, una familia noble de Salamanca».
Como datos curiosos se reseña la relación de la familia Maldonado con los Templarios y María Magdalena (patrona de la localidad), ya que miembros de la orden religioso-militar buscaron asilo en el pueblo tras ser abolidos por el Papa Sixto V y la «obligación de todos los señores de El Maderal, sea quien sea y perpetuado de padres a hijos, de conservar la biblioteca de la Universidad de Salamanca», prosigue el autor. Tal «obligación» se extingue en 1837 cuando Isabel II abole los Señoríos en España y posteriormente los mayorazgos en 1841.
Los años de gloria pasan y la localidad llega a la decadencia poblacional como la mayoría de los pueblos de España en los años de la Segunda República y tras la Guerra Civil. Domingo Navarro asegura que la localidad «llegó a tener 900 habitantes, pero la emigración lo mermo. Actualmente hay una población fija de más o menos 250 vecinos pero es por la vuelta a la tierra natal de los mayores de 60 años, hay algún joven, pero aunque no lo parezca El Maderal está vivo».
El volumen «El Maderal, Señorío y Villa Condal de Francisco Maldonado» ha salido a la luz gracias a la financiación del autor y con una primera edición de 750 ejemplares, que han sido impresos en Salamanca con una buena calidad y con fotografías del escritor.
A parte de la documentación en archivos, Navarro destaca la aportación vecinal con sus testimonios, como la de José Benito Sastre sobre el desembarco en Alhucemas (Marruecos), donde estuvo presente. «Es un relato muy fidedigno a lo que es el contenido histórico de la batalla, que él me contó en persona hace muchísimos años. Era tío de mi mujer y ya ha muerto y tal me lo contó lo he reflejado en al libro», prosigue Navarro. Cuando Benito Sastre volvió de la guerra «nadie le conocía en el pueblo porque regresó negro, demacrado, desnutrido... decía "me voy a la guerra siendo joven y vuelvo envejecido y demacrado por el hambre y las calamidades de Marruecos"».
La profesión, maestro nacional, es la que hizo a Domingo Navarro iniciarse en la aventura de escribir el libro que cuenta con 207 páginas y que ha tenido «una acogida fantástica, porque es el primero que se hace de este tipo en la localidad y todos los vecinos quieren tener uno».