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S. RAMOS El Perdigón
Centenares de personas se dieron ayer cita en El Perdigón para participar del programa que con motivo de la fiesta de la Mancomunidad Tierra del Vino había diseñado la corporación del pueblo anfitrión. Los asistentes supieron reconocer el esfuerzo en la organización, encabezada por al alcaldesa socialista del pueblo, Amelia García, y el saber hacer de los responsables en preparar el entorno de la plaza mayor como centro neurálgico del evento.
«Están bien conseguidas las sombras con las casetas de la Caja Rural, la disposición de las mesas, muy cuidado todo». Y es que hasta los centros de flores tuvieron ayer su lugar, eso sí, ocupando la mesa de autoridades, entre las que no faltaron el delegado de la Junta, Alberto Castro, los diputados de zona de PP y PSOE y personalidades de otros ámbitos como el director general de Caja Rural, Cipriano García, que acudieron a la fiesta de los alcaldes de la Mancomunidad que preside Apolinar González. «Es una ocasión extraordinaria de hacer comunidad y para que vecinos de unos pueblos y otros se conozcan y disfruten de esta jornada de convivencia», manifestaba el delegado, que acudió con la mejor predisposición para escuchar las reivindicaciones de los pueblos. «Yo les animo a que pidan, porque es una manera de conocer de primera mano las necesidades del mundo rural».
El presidente de la Mancomunidad se mostraba asimismo contento por el éxito de la convocatoria y agradecía el apoyo institucional, sin olvida rreclamaciones tan perentorias como el arreglo de los caminos rurales «porque en la última subvención de la Junta nos han correspondido tan solo veinte mil euros, cuando somos la agrupación que quizá más kilómetros tenga, porque hay mucha gente en esta zona que se sigue dedicando a la agricultura y la ganadería como actividades principales».
Las águedas, como no podía ser menos, pusieron la nota de alegría y colorido desde primeras horas de la mañana, cuando se iniciaba el pasacalles, casi a la par de la popular cata de vino que se desarrollaba en el interior del edificio consistorial. La comida servida por «La Yagona» consistió en arroz a la zamorana, cabecero de lomo con guarnición y fruta. Mil doscientas raciones preparadas para autoridades, vecinos y forasteros, quienes también tuvieron ocasión de marcarse unos bailes al tradicional son de la dulzaina y el tamboril.
Completaban el programa las exposiciones de cuadros, en concreto las 26 obras de óleo y acuarela de Vicente Alejandre y de otros autores y el pequeño muestrario de cerámica artesanal de tinajas, cántaros, maceteros y cuencos de Antonio Cívicos, el ceramista local, cuya industria se va recuperando poco a poco del incendio que a poco más acaba de un plumazo con el intento de recuperar la tradición local. «Gracias a los vecinos de El Perdigón y la colaboración de la familia». Cívicos podrá acudir a la cita de San Pedro en la plaza de Viriato, donde es todo un clásico.
La Mancomunidad suma una población de 13.500 habitantes en 26 localidades. Las ayudas recibidas por parte de la Junta durante el año pasado fueron principalmente las dedicadas a la adquisición de maquinaria (70.814 euros) y la contratación de trabajadores desempleados (14.037 euros). En 2007 se dotó a la mancomunidad de un camión de basura (278.394 euros) y un equipo para detectar fugas de las tuberías (19.498 euros).
Cuarenta y cuatro botellas de vino en un concurso sobresaliente
Las cuarenta y cuatro botellas presentadas al concurso de cata de cosecheros que anualmente organiza la Mancomunidad Tierra del Vino con motivo de su fiesta anual presentaron un producto de una calidad sobresaliente, como prueba el hecho de que ninguna de las categorías quedara desierta: tinto, clarete, moscatel y rosado. El jurado estuvo compuesto por Esteban Sánchez (enólogo), Juan Miguel Fuentes (presidente de la Denominación de Origen Tierra del Vino), y Antonio Juárez y Manuel Salvador como representantes de la Asociación de Sumilleres. Los premios principales han ido a parar a viticultores de Cabañas de Sayago, Venialbo, Casaseca de las Chanas y Moraleja del Vino.
Centenares de personas se dieron ayer cita en El Perdigón para participar del programa que con motivo de la fiesta de la Mancomunidad Tierra del Vino había diseñado la corporación del pueblo anfitrión. Los asistentes supieron reconocer el esfuerzo en la organización, encabezada por al alcaldesa socialista del pueblo, Amelia García, y el saber hacer de los responsables en preparar el entorno de la plaza mayor como centro neurálgico del evento.
«Están bien conseguidas las sombras con las casetas de la Caja Rural, la disposición de las mesas, muy cuidado todo». Y es que hasta los centros de flores tuvieron ayer su lugar, eso sí, ocupando la mesa de autoridades, entre las que no faltaron el delegado de la Junta, Alberto Castro, los diputados de zona de PP y PSOE y personalidades de otros ámbitos como el director general de Caja Rural, Cipriano García, que acudieron a la fiesta de los alcaldes de la Mancomunidad que preside Apolinar González. «Es una ocasión extraordinaria de hacer comunidad y para que vecinos de unos pueblos y otros se conozcan y disfruten de esta jornada de convivencia», manifestaba el delegado, que acudió con la mejor predisposición para escuchar las reivindicaciones de los pueblos. «Yo les animo a que pidan, porque es una manera de conocer de primera mano las necesidades del mundo rural».
El presidente de la Mancomunidad se mostraba asimismo contento por el éxito de la convocatoria y agradecía el apoyo institucional, sin olvida rreclamaciones tan perentorias como el arreglo de los caminos rurales «porque en la última subvención de la Junta nos han correspondido tan solo veinte mil euros, cuando somos la agrupación que quizá más kilómetros tenga, porque hay mucha gente en esta zona que se sigue dedicando a la agricultura y la ganadería como actividades principales».
Las águedas, como no podía ser menos, pusieron la nota de alegría y colorido desde primeras horas de la mañana, cuando se iniciaba el pasacalles, casi a la par de la popular cata de vino que se desarrollaba en el interior del edificio consistorial. La comida servida por «La Yagona» consistió en arroz a la zamorana, cabecero de lomo con guarnición y fruta. Mil doscientas raciones preparadas para autoridades, vecinos y forasteros, quienes también tuvieron ocasión de marcarse unos bailes al tradicional son de la dulzaina y el tamboril.
Completaban el programa las exposiciones de cuadros, en concreto las 26 obras de óleo y acuarela de Vicente Alejandre y de otros autores y el pequeño muestrario de cerámica artesanal de tinajas, cántaros, maceteros y cuencos de Antonio Cívicos, el ceramista local, cuya industria se va recuperando poco a poco del incendio que a poco más acaba de un plumazo con el intento de recuperar la tradición local. «Gracias a los vecinos de El Perdigón y la colaboración de la familia». Cívicos podrá acudir a la cita de San Pedro en la plaza de Viriato, donde es todo un clásico.
La Mancomunidad suma una población de 13.500 habitantes en 26 localidades. Las ayudas recibidas por parte de la Junta durante el año pasado fueron principalmente las dedicadas a la adquisición de maquinaria (70.814 euros) y la contratación de trabajadores desempleados (14.037 euros). En 2007 se dotó a la mancomunidad de un camión de basura (278.394 euros) y un equipo para detectar fugas de las tuberías (19.498 euros).
Cuarenta y cuatro botellas de vino en un concurso sobresaliente
Las cuarenta y cuatro botellas presentadas al concurso de cata de cosecheros que anualmente organiza la Mancomunidad Tierra del Vino con motivo de su fiesta anual presentaron un producto de una calidad sobresaliente, como prueba el hecho de que ninguna de las categorías quedara desierta: tinto, clarete, moscatel y rosado. El jurado estuvo compuesto por Esteban Sánchez (enólogo), Juan Miguel Fuentes (presidente de la Denominación de Origen Tierra del Vino), y Antonio Juárez y Manuel Salvador como representantes de la Asociación de Sumilleres. Los premios principales han ido a parar a viticultores de Cabañas de Sayago, Venialbo, Casaseca de las Chanas y Moraleja del Vino.