Esta rosa, que llena de hermosura
floreció junto a un
río de ilusiones,
agostóse en jugar con las pasiones,
deshojóse cayendo en desventura.
Del
jardín, la más bella, la más pura,
con olor de expresivas sensaciones
hermanó y compartió preciosos dones
con lavanda y jazmines de dulzura.
La rosa más gentil y primorosa
que al abrirse sutil y caprichosa
embrujó las templadas primaveras.
La rosa del preludio del estío,
no supo de penurias ni de frío
ni soñó con desgracias venideras.
Noemí