Cerámica zamorana típica, EL PIÑERO

DÉCIMA ESPINELA:

Zamora ciudad pequeña,
élla que conoció AL CID
que siempre fue la adalid
de nuestra BERMEJA SEÑA,
y con interés se empeña
en salir de sus letargos.
La Rúa, paseos largos
no se queda en el olvido.
Ciudad que siempre ha sabido
superar tragos amargos.

Noemí.

Un viaje: EN COPLA OCTAVA

¡Cómo florece la savia en la campiña!
Tan brillantes los pinares en los cerros
me despiertan emociones y morriña.
Ríachuelo cristalino, verdes berros,
y a lo lejos los ladridos de los perros,
me recuerdan que los campos tienen vida.
Cada vez tengo más cerca la salida,
a través de los caminos de mil hierros.

Me lleva el tren entre campos de colores,
plena el alma de recuerdos, de añoranza;
plena el alma de deseos de templanza
viendo el llano cuajado de lindas flores.
Allá lejos ya diviso los alcores,
Desvestidos, maltratados por los vientos
Soy feliz* disfrutando estos momentos
que me llevan al lugar de mis amores.

De un castillo ya contemplo las almenas
Ya están cerca los alegres palomares;
rojo barro, tan propio de estos lugares,
es Castilla lo que corre por mis venas,
la de viejas tradiciones quitapenas.
El gran DUERO remolón en la chopera,
ese río de aguas verdes y serenas
y que alegra los rigores de la espera.

*cesura

Noemí.

Hacia LOS ARRIBES POR ZAMORA:

Atrás dejé San Pedro de la Nave,
Nuestra joya de arte paleocristiano,
los almendros florecen muy temprano;
siento la fe de singular enclave.

De los Arribes tengo ya la llave:
Ya casi los alcanzo con la mano
veo volar al buitre tan ufano;
el viento no es viento, es brisa süave.

Contemplo tierras de Alba y de Sayago
hasta llegar a Miranda de Duero;
la ruta del camino de Santiago,

con río de cañones prisionero.
A la vuelta en Fermoselle un buen trago,
chuleta sayaguesa al parrillero.

Noemí.
La vida es como barro. La vamos esculpiendo día a día.

Chao.