Muy Señor mío: como puede ver yo si pongo mi verdadero nombre (es muy respetable el no hacerlo) y por eso le pido encarecidamente que si alguna vez viene usted a muestro pueblo, por favor, no dude en presentarse ante mi persona, me muero de ganas por tenerlo frente a mi, que entonces se va usted a enterar de que pasta estamos hechas las mujeres de EL PIÑERO.