Después de varias actividades lúdicas propias del día de la Magdalenica, pasada la media noche, la gente, se fue acercando al lugar del barrio nuevo donde, esta instalado el coso taurino.
Majestuosa estampa que se podía contemplar.
Llegando por el camino procedente del Barrero, teníamos de frente a mano derecha las espaldas de las casas, sitas en la que fuera Cañada de transito pecuario, apéndice del casco urbano del pueblo.
A mano izquierda, acompañada de una era con sus parbones de cebada, en silencio y esperando el momento del desenjaule de las reses, se encontraba la Coqueta.
Como fiel testigo de lo que acontecía y pudiera acontecer, en lo alto una Luna, aun creciente con un brillo especial.
El espectáculo se compuso de tres reses, dos de ellas hembras, muy parejas en tipo y pelaje.
Entre una y otra se le dio suelta aun bello ejemplar utrero, astifino y astiblanco, cornidelantero de pelaje cárdeno oscuro, cariblanco y bragao.
Dando buen juego y yendo solicito a las citas.
Los momentos mas artísticos de la noche pudimos contemplarlos, cuando un aficionado, toreaba con un paraguas, que curiosamente, siempre que corría para ponerse a salvo de la res, lo cerraba con sumo cuidado.
Cosas mas que resaltar, un recortador, ejecutando bien la suerte del recorte, era algo lento en la salida de la cara del animal, teniendo momentos de aprieto.
Sin dar tiempo al aburrimiento, pues lo breve dos veces bueno, la gente fue abandonando el recinto, para ir a la verbena en la Plaza Mayor del pueblo.
En dicha plaza una bella farola instalada para deleite de los que al baile acudieron, y fastidio para quien dijo que nunca se instalaría.
Fiestas de la Magdalena
Majestuosa estampa que se podía contemplar.
Llegando por el camino procedente del Barrero, teníamos de frente a mano derecha las espaldas de las casas, sitas en la que fuera Cañada de transito pecuario, apéndice del casco urbano del pueblo.
A mano izquierda, acompañada de una era con sus parbones de cebada, en silencio y esperando el momento del desenjaule de las reses, se encontraba la Coqueta.
Como fiel testigo de lo que acontecía y pudiera acontecer, en lo alto una Luna, aun creciente con un brillo especial.
El espectáculo se compuso de tres reses, dos de ellas hembras, muy parejas en tipo y pelaje.
Entre una y otra se le dio suelta aun bello ejemplar utrero, astifino y astiblanco, cornidelantero de pelaje cárdeno oscuro, cariblanco y bragao.
Dando buen juego y yendo solicito a las citas.
Los momentos mas artísticos de la noche pudimos contemplarlos, cuando un aficionado, toreaba con un paraguas, que curiosamente, siempre que corría para ponerse a salvo de la res, lo cerraba con sumo cuidado.
Cosas mas que resaltar, un recortador, ejecutando bien la suerte del recorte, era algo lento en la salida de la cara del animal, teniendo momentos de aprieto.
Sin dar tiempo al aburrimiento, pues lo breve dos veces bueno, la gente fue abandonando el recinto, para ir a la verbena en la Plaza Mayor del pueblo.
En dicha plaza una bella farola instalada para deleite de los que al baile acudieron, y fastidio para quien dijo que nunca se instalaría.
Fiestas de la Magdalena