Del pozo sin fondo comenzo a surgir, una lengua de niebla, la espesa niebla fue rectando hasta las proximidades de la tuda.
En la bodega, se notaba una presencia, acompañada de un olor a azufre.
Los siervos del que llegaba, bajaron la cabeza, clavando la mirada en el oscuro suelo.
El chasquido característico de las patas cabrunas era el único sonido en la cueva, se detuvo, y el silencio fue roto por los quejidos y gemidos de la joven.
El fuerte olor de efluvios sexuales de macho cabrio lleno la estancia.
Pasados casi nueve meses en un pueblo cercano de donde se celebro esta reunión sacrílega, una joven soltera que se encontraba embarazada, murió después de casi tres días de dolores de parto.
Estando de cuerpo presente en el velatorio, a eso de la media noche los acompañantes, cuentan, que cayeron en un profundo sueño.
Alguien mientras tanto robo el cuerpo yacente y nunca se pudo saber donde recibió sepultura.
Hay quien dice que la robaron las brujas y hechiceros que estuvieron en la reunión, para enterrarla en la tuda donde la poseyó el demonio.
Otras gentes cuentan que en esa zona se puede escuchar algunas noches los lamentos de la parturienta, y alaridos de un ser desconocido, quizá el ser que nunca nació, "fruto" de lo que sucedió en la tuda aquella noche.
Nunca se podrá saber la verdad
Fin
En la bodega, se notaba una presencia, acompañada de un olor a azufre.
Los siervos del que llegaba, bajaron la cabeza, clavando la mirada en el oscuro suelo.
El chasquido característico de las patas cabrunas era el único sonido en la cueva, se detuvo, y el silencio fue roto por los quejidos y gemidos de la joven.
El fuerte olor de efluvios sexuales de macho cabrio lleno la estancia.
Pasados casi nueve meses en un pueblo cercano de donde se celebro esta reunión sacrílega, una joven soltera que se encontraba embarazada, murió después de casi tres días de dolores de parto.
Estando de cuerpo presente en el velatorio, a eso de la media noche los acompañantes, cuentan, que cayeron en un profundo sueño.
Alguien mientras tanto robo el cuerpo yacente y nunca se pudo saber donde recibió sepultura.
Hay quien dice que la robaron las brujas y hechiceros que estuvieron en la reunión, para enterrarla en la tuda donde la poseyó el demonio.
Otras gentes cuentan que en esa zona se puede escuchar algunas noches los lamentos de la parturienta, y alaridos de un ser desconocido, quizá el ser que nunca nació, "fruto" de lo que sucedió en la tuda aquella noche.
Nunca se podrá saber la verdad
Fin