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EL PIÑERO: La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave se encuentra...

La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave se encuentra situada en la localidad de Campillo, término municipal de San Pedro de la Nave-Almendra, en la provincia de Zamora (España). Fue declarada Monumento Nacional el 22 de abril de 1912 (publicado en el boletín de 29-04-1912).
El templo se remonta a finales del siglo VII, pues debió construirse entre los años 680 y 711, es decir, en los años previos a la invasión musulmana, por lo que puede tratarse de una de las últimas obras del arte visigodo. Originariamente tuvo su emplazamiento a orillas del río Esla, pero, al construirse el embalse de Ricobayo, hubiera quedado sumergido en sus aguas, por lo que, a iniciativa de Manuel Gómez Moreno, se decidió su traslado piedra a piedra a la actual ubicación. Esta operación se llevó a cabo entre los años 1930 y 1932 bajo la dirección del arquitecto Alejandro Ferrant Vázquez.
Su primera traza respondió a una planta de cruz griega, si bien luego se trazaron las dos naves laterales que le confieren el aspecto final híbrido entre la planta basilical y la cruciforme. Posee además dos estancias, una a cada lado del presbiterio, que debieron de servir de celdas eremíticas. El conjunto de todo ello viene a componer una planta rectangular de aproximadamente 16,80 m. por 11,20 m. del que sobresalen tres capillas: la del cabecero que forma un ábside rectangular, y otras dos en los extremos del transepto. La nave central, como suele ser habitual, es más alta y ancha que las laterales y está separada de ellas por arcos sustentados en recios pilares.
Las cubiertas son abovedadas en medio cañón, pero mientras las del cabecero y las de los recintos laterales se conservan en su original estructura pétrea, las de los tramos occidentales de las naves son de ladrillo volteado sobre los primitivos arranques de sillería. Los arcos son de herradura al modo visigótico. De ellos, los dos torales perpendiculares al eje de la nave principal quedan resaltados de los paramentos y apoyan parcialmente en columnas adosadas a los pilares. El arco frontal del ábside es también de herradura algo más cerrado y descansa sobre columnas adosadas a las jambas del hueco.
En cuanto a la decoración, una de las más sobresalientes de la arquitectura visigoda, pueden apreciarse dos tipos de elementos de distinta concepción y debidos a distinto artífice: un ancho friso, que se corresponde con una hilada de sillares, que muestra una sucesión de círculos con variadas figuras vegetales y animales; y los capiteles de las columnas adosadas. Éstos son de una meritoria labra muy superior a la de otras obras antecedentes. Exhiben escenas historiadas extraídas de la literatura bíblica, como Daniel en el foso de los leones o El sacrificio de Isaac. Sus cimacios van decorados por medio de roleos en cuyo interior aparecen figuras de animales e incluso humanas.
En el interior de la iglesia existe además un horologio en forma tabular que se puede hallar inscrita en la piedra de los sillares de la parte izquierda inmediatos al arco toral. Este reloj está incompleto, pero forma parte de una de las joyas que pueden verse en la Iglesia.