Un día hace mucho tiempo, mi maestro llego a la escuela con un recorte de periódico, en el, aparte de una fotografía en blanco y negro, yo diría mas negro que blanco.
Dicho papal decía que se había inaugurado un monumento al maestro, en una plaza de Zamora.
Después de este hecho, muchas veces e pasado por allí, casi siempre recordando aquel día, que el maestro después de decirnos la noticia, que para el era muy importante, a los alumnos creo que no nos pareció tanto, llamo a dos de los mejores dibujantes de la clase, quizás llamara alguno mas, el tiempo a veces emborrona los recuerdos.
Los diestros dibujantes, plasmaron en el encerado la fotografía.
Una tarde no hace mucho, pasando por dicha plaza, como no tenía mucha prisa, me senté en un banco a descansar.
Durante unos minutos contemple con más detenimiento, que otras veces la estatua.
Ya se, que alguien pesara. Por que no fui a tomar un vino y su correspondiente pincho a los bares cercanos.
El caso es que me senté en el banco, después de estar con la mirada perdida, vi. Que en el pedestal faltaba el maestro que anteriormente estaba allí, mire al otro lado del banco y el maestro que allí se encontraba, me dijo: Buenas tardes.
Buenas le conteste, yo.
Le pregunte, que cuantas veces se había bajado de allí.
El dijo, un tanto seco: Solo hoy.
¿Qué razón, te ha movido a bajarte?
Tú, contesto.
Lo mire algo sorprendido.
No te sorprenda es verdad….
Dicho papal decía que se había inaugurado un monumento al maestro, en una plaza de Zamora.
Después de este hecho, muchas veces e pasado por allí, casi siempre recordando aquel día, que el maestro después de decirnos la noticia, que para el era muy importante, a los alumnos creo que no nos pareció tanto, llamo a dos de los mejores dibujantes de la clase, quizás llamara alguno mas, el tiempo a veces emborrona los recuerdos.
Los diestros dibujantes, plasmaron en el encerado la fotografía.
Una tarde no hace mucho, pasando por dicha plaza, como no tenía mucha prisa, me senté en un banco a descansar.
Durante unos minutos contemple con más detenimiento, que otras veces la estatua.
Ya se, que alguien pesara. Por que no fui a tomar un vino y su correspondiente pincho a los bares cercanos.
El caso es que me senté en el banco, después de estar con la mirada perdida, vi. Que en el pedestal faltaba el maestro que anteriormente estaba allí, mire al otro lado del banco y el maestro que allí se encontraba, me dijo: Buenas tardes.
Buenas le conteste, yo.
Le pregunte, que cuantas veces se había bajado de allí.
El dijo, un tanto seco: Solo hoy.
¿Qué razón, te ha movido a bajarte?
Tú, contesto.
Lo mire algo sorprendido.
No te sorprenda es verdad….