¿COMO ACTUA LA CREMA DE PROTECCION SOLAR?
Ciertos componentes de este tipo de cremas, como el dióxido de titanio, la mica o el óxido de zinc, actúan como auténticas pantallas reflectoras de luz y radiación. Pero también tienen otras sustancias que funcionan como filtros químicos, es decir, absorben en parte los rayos ultravioleta y suelen incluir ácido cinámico, benzofenona, alcanfor, ácido para-amino benzoico y otros.
El “factor de protección solar” (FPS) se mide así: si en una persona el enrojecimiento de la piel se produce tras 10 minutos de exposición al sol, al emplear un producto con FPS 6, ese enrojecimiento tardará 60 minutos (6 veces 10) en producirse.
¿SACIA MEJOR LA SED EL AGUA TEMPLADA QUE LA FRÍA?
Pues sí, aunque no lo parezca. Cuando hace calor perdemos líquido: el sudor. La superficie de la piel necesita refrigerarse continuamente, lo que incrementa el aporte sanguíneo y la transpiración –parecido a cómo se refrigera un motor–.
Este incremento del flujo a la piel provoca un importante intercambio térmico que sube mucho nuestra temperatura. En ese punto, la entrada de agua extremadamente fría da lugar a su absorción prácticamente instantánea en el tubo digestivo y a su traslado inmediato a la superficie de la piel, para la refrigeración. Es decir, apenas da tiempo a que se recupere el líquido perdido.
Ciertos componentes de este tipo de cremas, como el dióxido de titanio, la mica o el óxido de zinc, actúan como auténticas pantallas reflectoras de luz y radiación. Pero también tienen otras sustancias que funcionan como filtros químicos, es decir, absorben en parte los rayos ultravioleta y suelen incluir ácido cinámico, benzofenona, alcanfor, ácido para-amino benzoico y otros.
El “factor de protección solar” (FPS) se mide así: si en una persona el enrojecimiento de la piel se produce tras 10 minutos de exposición al sol, al emplear un producto con FPS 6, ese enrojecimiento tardará 60 minutos (6 veces 10) en producirse.
¿SACIA MEJOR LA SED EL AGUA TEMPLADA QUE LA FRÍA?
Pues sí, aunque no lo parezca. Cuando hace calor perdemos líquido: el sudor. La superficie de la piel necesita refrigerarse continuamente, lo que incrementa el aporte sanguíneo y la transpiración –parecido a cómo se refrigera un motor–.
Este incremento del flujo a la piel provoca un importante intercambio térmico que sube mucho nuestra temperatura. En ese punto, la entrada de agua extremadamente fría da lugar a su absorción prácticamente instantánea en el tubo digestivo y a su traslado inmediato a la superficie de la piel, para la refrigeración. Es decir, apenas da tiempo a que se recupere el líquido perdido.