EL PIÑERO: El agua cae tras de los cristales, en las choperas...

El agua cae tras de los cristales, en las choperas las hojas amarillas se preparan para deslizarse de lo alto a ritmo de vals, llegar hasta el suelo.
Tras de la ventana un hombre contempla la tarde lluviosa de otoño.
Esta aquí, quizás, quisiera estar en otra parte.
Hace un puñado de años soñaba con estar.....
Que no fuera otoño, seria primavera, a eso de las siete de la tarde cuando suenan timbales y clarines en la plaza de Ventas, ahora tiene erizado el bello solo de pensarlo, viste un traje de tabaco y oro, pertrechado con su capote de paseo, se ajusta la montera cuando los compañeros de terna le desean suerte, siente sudor a la altura del cuello, quisiera poder quitarse la corbata, hay demasiada gente en los tendidos, el siente algo en el cuerpo que le impide hacer lo que quisiera, se iría lejos, no puede ser, es la tarde de sus sueños, esta caminando sobre el albero con la mirada fija en el portón de chiqueros, suenan timbales y clarines, son los sonidos del miedo.
A la vez que se arrodilla en la arena, manda abrir a el torilero, recuerda cuando era niño y jugaba a ser torero.
Un sudor frio le recorre el cuerpo, quisiera irse a su pueblo a jugar en la plaza, a los toros y olvidarse de todo aquello.
La oscuridad de chiquero vomita un hermoso cuatreño, el mueve el percal, le cita sin poder respirar, le atenaza el miedo, el toro se viene sin perdida de tiempo, dibuja una larga cambiada....
Una ráfaga de viento golpea con mas fuerza la lluvia sobre los cristales, se sonrie y se pasa la mano por la frente, “huuff” menos mal que era un sueño, respira hondo para recuperar el aliento.