La luna durante la noche contemplaba los campos que permanecian con un silencio axasoluto,
roto solamente por el maullido de algun ave nocturna que desde su atalaya afinaba su oido
y agudizaba su vista queriendo sorprender algun roedor que saliera de su escondite para
alimentarse, un raposo trotaba de un lado a otro guiado por su olfato, dejo atras los pinos
y bajo hacia el arroyo Los Cantos, se detuvo a escuchar el paso del agua, siempre con su
incansable melodia, ahora en la noche parecia ser dedicada a las estrelas, el astuto animal
siguio su busqueda pisando los frios cantos de las heras del final del Barrio Nuevo,
escucho el caminar de unos cascos no lejos de alli, se detuvo unos segundos, su istinto
le decia que era un animal de mas tamaño que el, no valia para la cena, tambien el olfato le
informo de que ese individuo era una bestia inofensiva.
En un corral de las cercanias se deperto un perro, levantando las orejas y como la noche
estaba muy fria no quiso ponerse empie, vagamente ladro.
El zorro penso: No hay que preocuparse de ese can perezoso, demasiado aconstumbrado a comer
el pan que le da su amo.
El zorro tuvo curiosidad por dirigirse hacia donde procedian los pasos, anduvo unos metros
y se aceco a un recinto vallado, pudo ver a un animal de pelaje esponjoso, color blanco
con manchas oscuras, grandes orejas y finas pezuñas.
El raposo se paro en el camino mirando al otro animal, el pelicano se hacerco a la valla y
con voz suave dijo: Hola. ¿Quien eres?
El amigo de robar gallinas irguio el pelo del lomo y la cola, poniendo una voz ceremonial
dijo: esque no saves que soy un zorro, es mas, yo diria un hermoso y astuto zorro.
Pues no lo sabia dijo el que se encontraba dentro de la cerca.
Y tú quien eres, pregunto esta vez el raposo.
Yo soy "Farolo"
Relajando un poco la compostura el zorro y arugando el entrecejo dijo: Que yo sepa, ninguna
clase de animales se llama "Farolo" tú eres un buche.
Afirmando con la cabeza el joven pollino decia: Si, si, soy un buche, Irguiendose y poniendo
mas fuerte la voz, continuo diciendo: Un hermoso buche con vastante picardia.
El zorro sentandose sobre sus patas traseras pregunto: Si tienes tanta picardia, ¿por que
continuas aqui encerrado?
Esque estoy aqui con mi mamá, decia Farolo a la vez que apuntaba al cobertizo que habia en el
cercao.
Ya veo... Dijo vagamente el raposo.
La pollina permanecia expectante a la conversacion.
Una nuvecilla surcaba el firmamento, la Luna aprovecho para jugar al escondite con ella.
Los animales permanecieron inmoviles contemplando lo que pasaba en lo alto, la nuve siguio su
camino y dejo que la reyna de la noche inundara el entorno con su luz plateada.
Que bonito a sido, dijo el joven animal, que ahora reciviendo la intensa luz de la Luna era
mas parecido aquel que describiera majistralmente Don Juan Ramon Jimenez.
Si. A veces la naturaleza nos regala hermosos momentos, dijo el de la cola amarzorcada.
El deleite de la noche fue roto por ladridos, esta vez mas intensos.
El buche ni se inmuto, su contertulio se puso depie inmediatamente, tiesas las orejas y fija
la mirada hacia las casas de donde procedian.
La actitud del zorro albuche le sorprendio y le dijo: Te as asustado.
No me asusto solamente soy precabido y desconfiado, ten en cuenta a migo Farolo, que en este
barrio habido siempre buenos cazadores, acompañados de galgos lijeros de patas.
Los ladridos cesaron, el Barrio Nuebo y cercanias quedaron en silencio y tranquilidad
axsoluta.
El raposo queriendo demostrar que no estaba asustado volbio a sentarse sobre sus patas
traseras y levantando una mano continuo diciendo.
Yo tengo motivos para presumir de que uno de mis abuelos hace bastantes años burlo varias
veces y supo ponerse asalbo de la jauria de perros que encabezaba el galgo Cañon, pariente
mio tambien fue segun me contaron mis abuelos, una zorra que varias veces entro en los
gallineros de este bario.
Inocentemente pregunto el buche: ¿y para que entro en los gallineros?
El zorro removiendose un poco sobre sus patar dijo: Pues para que va a ser, para comerse las
gallinas, que es nuestro plato faborito.
Con voz tierna dijo el buche: Pobrecitas.
De pobrecitas nada, que se dan muy buena vida y muchas veces ni ponen huevos, algo malumorado
dijo el salteador de corales.
Siguio diciendo con triste voz el de los ojos de azavache: Es que a mi me daria pena comerme
una gallinita.
Por eso solo llegaras a ser un burro, que tendras que estar esperando a que te heche de comer
tu amo, mira yo ando libre por el campo. Presumio el zorro.
Y como se consigue eso, pregunto el buche.
Con inteligencia, afirmo el raposo volbiendo a levantar la patita delantera y continuo
diciendo en tono coloquial, amigo buche...
Me llamo "Farolo" se apresuro a decir el buche.
Pues aparte de saver tú nombre, tendras que aprender muchas cosas y sobretodo tener astucia y
cautela para andar por la vida.
El zorro se incorporo sobre sus cuatro patas y comenzando a caminar en direcion del camino
el Bayonal, dijo: Te dejo amigo Farolo, tengo que ganarme la cena antes de que venga el Alba.
Farolo, quizas algo triste por la marcha del zorro volbio hacia el cobertizo, su madre
pelicana seguia mirandolo desde la entrada.
La Luna ya no estaba en lo alto, se aprosimaba a esconderse entre los tejados del pueblo para
no ser sorprendida por el amanecer.
roto solamente por el maullido de algun ave nocturna que desde su atalaya afinaba su oido
y agudizaba su vista queriendo sorprender algun roedor que saliera de su escondite para
alimentarse, un raposo trotaba de un lado a otro guiado por su olfato, dejo atras los pinos
y bajo hacia el arroyo Los Cantos, se detuvo a escuchar el paso del agua, siempre con su
incansable melodia, ahora en la noche parecia ser dedicada a las estrelas, el astuto animal
siguio su busqueda pisando los frios cantos de las heras del final del Barrio Nuevo,
escucho el caminar de unos cascos no lejos de alli, se detuvo unos segundos, su istinto
le decia que era un animal de mas tamaño que el, no valia para la cena, tambien el olfato le
informo de que ese individuo era una bestia inofensiva.
En un corral de las cercanias se deperto un perro, levantando las orejas y como la noche
estaba muy fria no quiso ponerse empie, vagamente ladro.
El zorro penso: No hay que preocuparse de ese can perezoso, demasiado aconstumbrado a comer
el pan que le da su amo.
El zorro tuvo curiosidad por dirigirse hacia donde procedian los pasos, anduvo unos metros
y se aceco a un recinto vallado, pudo ver a un animal de pelaje esponjoso, color blanco
con manchas oscuras, grandes orejas y finas pezuñas.
El raposo se paro en el camino mirando al otro animal, el pelicano se hacerco a la valla y
con voz suave dijo: Hola. ¿Quien eres?
El amigo de robar gallinas irguio el pelo del lomo y la cola, poniendo una voz ceremonial
dijo: esque no saves que soy un zorro, es mas, yo diria un hermoso y astuto zorro.
Pues no lo sabia dijo el que se encontraba dentro de la cerca.
Y tú quien eres, pregunto esta vez el raposo.
Yo soy "Farolo"
Relajando un poco la compostura el zorro y arugando el entrecejo dijo: Que yo sepa, ninguna
clase de animales se llama "Farolo" tú eres un buche.
Afirmando con la cabeza el joven pollino decia: Si, si, soy un buche, Irguiendose y poniendo
mas fuerte la voz, continuo diciendo: Un hermoso buche con vastante picardia.
El zorro sentandose sobre sus patas traseras pregunto: Si tienes tanta picardia, ¿por que
continuas aqui encerrado?
Esque estoy aqui con mi mamá, decia Farolo a la vez que apuntaba al cobertizo que habia en el
cercao.
Ya veo... Dijo vagamente el raposo.
La pollina permanecia expectante a la conversacion.
Una nuvecilla surcaba el firmamento, la Luna aprovecho para jugar al escondite con ella.
Los animales permanecieron inmoviles contemplando lo que pasaba en lo alto, la nuve siguio su
camino y dejo que la reyna de la noche inundara el entorno con su luz plateada.
Que bonito a sido, dijo el joven animal, que ahora reciviendo la intensa luz de la Luna era
mas parecido aquel que describiera majistralmente Don Juan Ramon Jimenez.
Si. A veces la naturaleza nos regala hermosos momentos, dijo el de la cola amarzorcada.
El deleite de la noche fue roto por ladridos, esta vez mas intensos.
El buche ni se inmuto, su contertulio se puso depie inmediatamente, tiesas las orejas y fija
la mirada hacia las casas de donde procedian.
La actitud del zorro albuche le sorprendio y le dijo: Te as asustado.
No me asusto solamente soy precabido y desconfiado, ten en cuenta a migo Farolo, que en este
barrio habido siempre buenos cazadores, acompañados de galgos lijeros de patas.
Los ladridos cesaron, el Barrio Nuebo y cercanias quedaron en silencio y tranquilidad
axsoluta.
El raposo queriendo demostrar que no estaba asustado volbio a sentarse sobre sus patas
traseras y levantando una mano continuo diciendo.
Yo tengo motivos para presumir de que uno de mis abuelos hace bastantes años burlo varias
veces y supo ponerse asalbo de la jauria de perros que encabezaba el galgo Cañon, pariente
mio tambien fue segun me contaron mis abuelos, una zorra que varias veces entro en los
gallineros de este bario.
Inocentemente pregunto el buche: ¿y para que entro en los gallineros?
El zorro removiendose un poco sobre sus patar dijo: Pues para que va a ser, para comerse las
gallinas, que es nuestro plato faborito.
Con voz tierna dijo el buche: Pobrecitas.
De pobrecitas nada, que se dan muy buena vida y muchas veces ni ponen huevos, algo malumorado
dijo el salteador de corales.
Siguio diciendo con triste voz el de los ojos de azavache: Es que a mi me daria pena comerme
una gallinita.
Por eso solo llegaras a ser un burro, que tendras que estar esperando a que te heche de comer
tu amo, mira yo ando libre por el campo. Presumio el zorro.
Y como se consigue eso, pregunto el buche.
Con inteligencia, afirmo el raposo volbiendo a levantar la patita delantera y continuo
diciendo en tono coloquial, amigo buche...
Me llamo "Farolo" se apresuro a decir el buche.
Pues aparte de saver tú nombre, tendras que aprender muchas cosas y sobretodo tener astucia y
cautela para andar por la vida.
El zorro se incorporo sobre sus cuatro patas y comenzando a caminar en direcion del camino
el Bayonal, dijo: Te dejo amigo Farolo, tengo que ganarme la cena antes de que venga el Alba.
Farolo, quizas algo triste por la marcha del zorro volbio hacia el cobertizo, su madre
pelicana seguia mirandolo desde la entrada.
La Luna ya no estaba en lo alto, se aprosimaba a esconderse entre los tejados del pueblo para
no ser sorprendida por el amanecer.