¡SANGRA EL CIELO!
Anochece,
poco antes, la bóveda celeste
se tiñe de rojo color...
¡sangra el cielo!
igual que parturienta
alumbrando con dolor
(en pasando unas horas)
¡al nuevo día!.
Apaga lentamente
en lo Alto, su angustia...
dando paso a la oscuridad,
¡que nadie vea, ni oiga su gemir!
quiere "ella sola"
sentir la eclosión de su parto
"mirando" a las estrellas
en rededor...
solo, su compañía
callada, reluciente,
titilando inquietas
viendo pasar lento el tiempo...
hasta que ¡el lucero del alba!
irrumpe glorioso
anunciando la llegada del nuevo día.
Y, vendrá otro atardecer sangrante...
que dará a luz,
a otro... y otro día.
Mª JOSE (Pepi)
Anochece,
poco antes, la bóveda celeste
se tiñe de rojo color...
¡sangra el cielo!
igual que parturienta
alumbrando con dolor
(en pasando unas horas)
¡al nuevo día!.
Apaga lentamente
en lo Alto, su angustia...
dando paso a la oscuridad,
¡que nadie vea, ni oiga su gemir!
quiere "ella sola"
sentir la eclosión de su parto
"mirando" a las estrellas
en rededor...
solo, su compañía
callada, reluciente,
titilando inquietas
viendo pasar lento el tiempo...
hasta que ¡el lucero del alba!
irrumpe glorioso
anunciando la llegada del nuevo día.
Y, vendrá otro atardecer sangrante...
que dará a luz,
a otro... y otro día.
Mª JOSE (Pepi)