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EL PIÑERO: Pedir perdón es una acción de respeto a los demás....

Pedir perdón es una acción de respeto a los demás.
Con pedir perdón no se arregla todo, hay que reparar el desarreglo ocasionado, y muy importante, antes de cometer el daño haber puesto los medios para evitarlo en lo posible.
Ejemplo: al entrar en un establecimiento el señor X, abre la puerta con cuidado y al no ver quien estaba al otro lado casi le da al señor A, lógico es que el señor X pida perdón.
Si el señor B, va lanzado, abre la puerta enérgicamente y sin sentido común, volviendo a estar el señor A detrás de esta, ya es mala suerte y recibe un golpe, cuando el señor B, pida disculpas que no le extrañe si el señor A no le acepta las disculpas o el perdón, aparte de estar siempre en el sitio indebido, si lleva una cacha o garrota de la mano seguro que intentara darle con ella al tonto las narices del señor B, que supongo yo que echara a correr para ponerse a salvo de los garrotazos.
Hace un tiempo cuando el rey en sus correrías por la sabana tuvo un accidente, nos vendieron los periodistas acomodados, como un hecho insólito el que pidiera perdón, y un gesto de cercanía al pueblo.
Pues yo no lo veo igual. Dice el refranero, “no la agás y no la temas”
Si este señor gastara de lo que él ganara, pues de mi parte podía seguir correteando con la alemana a sus anchas, el problema es, que gasta los dineros de los Españolitos
Volviendo al caso que nos ocupa.
Señoras y señores políticos que salen estos días a la palestra rasgándose las vestiduras pidiendo perdón, lamentándose del error de confiar en alguien que no se lo merecía.
El pedir perdón ya no vale, es demasiado tarde, tendría validez si hubiera sido el propio partido el que denunciara los hechos sospechosos de delito.
Pero no es el caso.
Los políticos tienen, o tenían la facilidad de hacernos creer que no saben nunca nada.
Si no saben nada dejen su puesto a alguien que responda de sus actos, de la Cara y defienda al pueblo llano.
Estos políticos en su mayoría están demasiados enfangaos de esos ya descubiertos presuntos corruptos, no sea que aparte de tramposos, canten como gallos de corral.

Más joven que ahora era yo en el setenta y tantos cuando se hablaba mucho de las Cortes Constituyentes.
Dimitan sin miedo y dejen al pueblo, que en votación directa ponga a sus representantes.