En la noche
Me siento fuerte y me levanto del asiento donde noche tras noche estuve estático contemplando mi luna en el espejo, quiero mirar por la ventana y verte allá en lo alto del firmamento, reconocer que fui cobarde, por no atreverme a enfrentarme a la noche y mirar sin miedo, poder encontrarte en lo alto del cielo.
Torpes pasos al caminar por la alcoba y doy con las narices en el frio cristal de la ventana, asustado me despierto, ya no hay luna en el espejo, ni el cielo esta bello, pues los nubarrones lo cubren por entero.
Taciturno y atontado, me vuelvo a la cama, allí encuentro a ella.
Sorprendido me digo. Ni siquiera esta se marcho por la ventana.
Mientras me cuelo entre las mantas, la escucho decir: De donde bienes tonto el aba, que traes los pies fríos.
Yo me callo, pero doy un leve suspiro, al constatar que estoy despierto y no soy de piedra, ni tengo que mirar en el espejo para ver, a la que es mi amada.
Me siento fuerte y me levanto del asiento donde noche tras noche estuve estático contemplando mi luna en el espejo, quiero mirar por la ventana y verte allá en lo alto del firmamento, reconocer que fui cobarde, por no atreverme a enfrentarme a la noche y mirar sin miedo, poder encontrarte en lo alto del cielo.
Torpes pasos al caminar por la alcoba y doy con las narices en el frio cristal de la ventana, asustado me despierto, ya no hay luna en el espejo, ni el cielo esta bello, pues los nubarrones lo cubren por entero.
Taciturno y atontado, me vuelvo a la cama, allí encuentro a ella.
Sorprendido me digo. Ni siquiera esta se marcho por la ventana.
Mientras me cuelo entre las mantas, la escucho decir: De donde bienes tonto el aba, que traes los pies fríos.
Yo me callo, pero doy un leve suspiro, al constatar que estoy despierto y no soy de piedra, ni tengo que mirar en el espejo para ver, a la que es mi amada.