Hola... buenos días, ayer, leí en una revista de un periódico algo que me dejó impresionada y que atañe a los moradores de esos pueblos castellanos (o de alguna otra parte de la Península) y no puedo por menos de transcribirla aquí puesto que como espero, os llegará a ese rinconcito que todos tenemos dentro.
título: "Cuidadores de los pueblos".- Atrás quedó el bullicio estival, ya no hay bicicletas a las puertas de las casas de los veraneantes. Ahora, esas mismas casas están cerradas y sus puertas protegidas por chaspas; Ya no arden sarmientos en las bodegas. Ahora solo sale humo de las chimeneas de las pocas casas habitadas. El tiempo pasa lentamente, los días son cortos. El invierno largo. Soledad, frio, oscuridad y silencio. Silencio solo interrumpido por las campanas de la Iglesia, o por los pitidos de la furgoneta del panadero o del pescatero... Solo quedan unas pocas personas y generalmente son muy mayores.
Son ¡los cuidadores de los pequeños pueblos de Castilla!. Su presencia caldea, ilumina y da vida al lugar; lo defiende del vandalismo y sostiene la prestación de los servicios básicos (médico, enfermera, cura, repartidores, autobús de línea, transporte escolar).
Representan la delgada línea que separa "el pueblo" del "despoblado"... A todos ellos ¡MUCHAS GRACIAS!. Porque sería muy triste ver abandonados el pasado, el presente y el futuro de NUESTROS PUEBLOS ".
Pienso que es una carta conmovedora, que nos tiene que hacer "valorar" a nuestros mayores, aunque ya les tengamos ¡todo el cariño del nuestros corazones!. A ELLOS, desde aquí, me sumo a este homenaje tan bello que le han dedicado en una página, de una revista... de ¿qué importa el lugar?.
Un saludo, Mª JOSE
título: "Cuidadores de los pueblos".- Atrás quedó el bullicio estival, ya no hay bicicletas a las puertas de las casas de los veraneantes. Ahora, esas mismas casas están cerradas y sus puertas protegidas por chaspas; Ya no arden sarmientos en las bodegas. Ahora solo sale humo de las chimeneas de las pocas casas habitadas. El tiempo pasa lentamente, los días son cortos. El invierno largo. Soledad, frio, oscuridad y silencio. Silencio solo interrumpido por las campanas de la Iglesia, o por los pitidos de la furgoneta del panadero o del pescatero... Solo quedan unas pocas personas y generalmente son muy mayores.
Son ¡los cuidadores de los pequeños pueblos de Castilla!. Su presencia caldea, ilumina y da vida al lugar; lo defiende del vandalismo y sostiene la prestación de los servicios básicos (médico, enfermera, cura, repartidores, autobús de línea, transporte escolar).
Representan la delgada línea que separa "el pueblo" del "despoblado"... A todos ellos ¡MUCHAS GRACIAS!. Porque sería muy triste ver abandonados el pasado, el presente y el futuro de NUESTROS PUEBLOS ".
Pienso que es una carta conmovedora, que nos tiene que hacer "valorar" a nuestros mayores, aunque ya les tengamos ¡todo el cariño del nuestros corazones!. A ELLOS, desde aquí, me sumo a este homenaje tan bello que le han dedicado en una página, de una revista... de ¿qué importa el lugar?.
Un saludo, Mª JOSE