Buenos días... y ya casi vencido el mes de Abril, cuando las luces de la Feria van a encender ese Recinto que es alegría, música y baile y nos hace desear estar entre su gente, cuando Comuniones y bodas nos hacen de vez en cuando "la pascua" (al bolsillo)... la Naturaleza sigue floreciendo y dándonos sus colores mas llamativos y sus flores mas hermosas; esos montes ¡tan verdes! y esos "prados acolchados" con esas margaritas blancas que parecen a lo lejos sábanas tendidas a ese sol para blanquearlas como hacían nuestras madres "antaño"... en fin todo es luz y color... ¡qué pena que no seamos capaces de "florecer" nosotros cada primavera y "renovarnos" esos ¡adentros! tan ocupados de cosas ya caducas... y que solo estorban en nuestra mente para poder poner en ella, pensamientos más lúcidos y mas hermosos. ¡Sería una PRIMAVERA HUMANA... con esa alegría que nos falta!.
Y hablando del mes de Abril, ayer en una revista leí un reportaje sobre Cervantes como persona, y ¡da pena observar qué poco (mejor nada) reconocido fue en su vida y que pocas satisfacciones le dio... pero había un párrafo que quiero plasmar aquí, por su contenido, decía:
" En su intimidad desalentada (la de Cervantes) cuando la gloria siempre codiciada ya se había escapado definitivamente de sus manos, quizá Cervantes no tuviese conciencia verdadera de lo que había escrito, ni de su inmensa superioridad -dolorosa superioridad- sobre todos sus contemporáneos. Un lisiado, un pobre hombre fracasado y abrumado por la desgracia, siempre roído de pesadumbres y miserias, había compuesto la mas inmortal obra de nuestra literatura. Resulta angustioso imaginar qué sería de España sin esta obra: si la locura de Cristo redime a los humanos, la locura de Don Quijote redime a los españoles y les devuelve el sentido de la lucha caballerosa por el ideal, la ambición de justicia y de belleza, los altos pensamientos, el humor que no deja en las almas la huella amarga del rencor. De todo esto ya casi nada queda, pues España cuatro siglos después de que el quijote fuera publicado, es un mogollón informe de gentes que han sido minuciosamente desalmadas; donde la honradez y la caballerosidad ¡vuelven a ser locura! y en donde solo medran los listos y los aprovechados. Es, en definitiva, una España en la que Cervantes, de volver a nacer, volvería a fracasar... una España que, si naciese otro Cervantes, no lo sabría distinguir."
Me pareció un retrato tan conseguido de nuestro comportamiento y nuestra realidad, que tenía que transcribirlo para quien tenga a bien leerlo... los demás ¡lo dejen pasar!. Es solo para quien tenga conciencia y ¡le duela! lo que tenemos, y "dejamos escapar" en este bello e ingrato país.
Un saludo, Mª José
Y hablando del mes de Abril, ayer en una revista leí un reportaje sobre Cervantes como persona, y ¡da pena observar qué poco (mejor nada) reconocido fue en su vida y que pocas satisfacciones le dio... pero había un párrafo que quiero plasmar aquí, por su contenido, decía:
" En su intimidad desalentada (la de Cervantes) cuando la gloria siempre codiciada ya se había escapado definitivamente de sus manos, quizá Cervantes no tuviese conciencia verdadera de lo que había escrito, ni de su inmensa superioridad -dolorosa superioridad- sobre todos sus contemporáneos. Un lisiado, un pobre hombre fracasado y abrumado por la desgracia, siempre roído de pesadumbres y miserias, había compuesto la mas inmortal obra de nuestra literatura. Resulta angustioso imaginar qué sería de España sin esta obra: si la locura de Cristo redime a los humanos, la locura de Don Quijote redime a los españoles y les devuelve el sentido de la lucha caballerosa por el ideal, la ambición de justicia y de belleza, los altos pensamientos, el humor que no deja en las almas la huella amarga del rencor. De todo esto ya casi nada queda, pues España cuatro siglos después de que el quijote fuera publicado, es un mogollón informe de gentes que han sido minuciosamente desalmadas; donde la honradez y la caballerosidad ¡vuelven a ser locura! y en donde solo medran los listos y los aprovechados. Es, en definitiva, una España en la que Cervantes, de volver a nacer, volvería a fracasar... una España que, si naciese otro Cervantes, no lo sabría distinguir."
Me pareció un retrato tan conseguido de nuestro comportamiento y nuestra realidad, que tenía que transcribirlo para quien tenga a bien leerlo... los demás ¡lo dejen pasar!. Es solo para quien tenga conciencia y ¡le duela! lo que tenemos, y "dejamos escapar" en este bello e ingrato país.
Un saludo, Mª José