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La tarde era buena y el público asistente al festejo taurino pudo disfrutar de una buena climatología.
El ganado bien presentado, dieron buen juego, negros de capa exhibiendo una cuerna bastante respetable.
El que abrió plaza, algo flojo fue lidiado por un veterano y experto matador, toreo aseado estando por encima del eral.
El segundo con mejor presencia y más fuerza, dejo un poco en evidencia a su lidiador, el cual abuso del toreo por alto, pues es más fácil que pasen los toros, siendo un torero en ciernes debe tener en cuenta que se ha de torear por bajo y despacio si se quiere llegar a figura del toreo.
El tercero que salto a la arena se diferenciaba un poco en el pelaje, pues era algo listón, el joven oponente tenia maneras y supo entenderlo, dando buenas series de muletazos, algo corta la faena.
El dicho: “Lo bueno si es breve dos veces buenos” en este caso no nos vale, sabiendo que estas capeas para los torerillos, debe ser como un entrenamiento, a de aprovechar todo el tiempo posible delante de la cara del toro.
El que cerró plaza era el más mozo de la camada, fue lidiado al estilo popular, habiendo pocos recortadores pero de calidad.
Una buena charanga puso las notas musicales.
Permítanme hacer mención a la extensa familia de un buen aficionado a los toros hijo del pueblo que viviendo en la capital todos los años sin faltar ninguno se desplazan al pueblo del patriarca para disfrutar de sus fiestas.
Cuando el sol dejo de dar en la calle del Barrio Nuevo, en el pinar de Santa Elena, desde su atalaya un águila contemplaba como el público abandonaba la plaza y alrededores, para ir a sus casas, peñas o bodegas a merendar.
Hasta el momento buen balance de los dos espectáculos taurinos, quedando demostrado que las celebraciones en honor a Santa María Magdalena y Santiago son un valor en alza.
El ganado bien presentado, dieron buen juego, negros de capa exhibiendo una cuerna bastante respetable.
El que abrió plaza, algo flojo fue lidiado por un veterano y experto matador, toreo aseado estando por encima del eral.
El segundo con mejor presencia y más fuerza, dejo un poco en evidencia a su lidiador, el cual abuso del toreo por alto, pues es más fácil que pasen los toros, siendo un torero en ciernes debe tener en cuenta que se ha de torear por bajo y despacio si se quiere llegar a figura del toreo.
El tercero que salto a la arena se diferenciaba un poco en el pelaje, pues era algo listón, el joven oponente tenia maneras y supo entenderlo, dando buenas series de muletazos, algo corta la faena.
El dicho: “Lo bueno si es breve dos veces buenos” en este caso no nos vale, sabiendo que estas capeas para los torerillos, debe ser como un entrenamiento, a de aprovechar todo el tiempo posible delante de la cara del toro.
El que cerró plaza era el más mozo de la camada, fue lidiado al estilo popular, habiendo pocos recortadores pero de calidad.
Una buena charanga puso las notas musicales.
Permítanme hacer mención a la extensa familia de un buen aficionado a los toros hijo del pueblo que viviendo en la capital todos los años sin faltar ninguno se desplazan al pueblo del patriarca para disfrutar de sus fiestas.
Cuando el sol dejo de dar en la calle del Barrio Nuevo, en el pinar de Santa Elena, desde su atalaya un águila contemplaba como el público abandonaba la plaza y alrededores, para ir a sus casas, peñas o bodegas a merendar.
Hasta el momento buen balance de los dos espectáculos taurinos, quedando demostrado que las celebraciones en honor a Santa María Magdalena y Santiago son un valor en alza.