EL PIÑERO: Conclusión...

EL PAÑUELO DE SEDA (Segunda parte)

Aquella mañana Vera estaba algo nerviosa, quería que llegara pronto la tarde y poder ir a buscar su pañuelo.
Algo antes que otros días, tomo la merienda y camino por la pradera hasta llegar al cauce del arroyuelo, que parecía no estar preocupado por la pérdida del pañuelo.
Con bastante disgusto y preocupación la niña caminaba por una margen de la rivera y miraba entre las hierbas y las junqueras que en ella se criaban.
No se veía rastro alguno, ni de flores ni del pañuelo.
El viento de la tarde movía con suavidad los rubios cabellos y tirabuzonados de Verita, en sus mejillas brillaba el sol, de forma especial en los surcos que formaban unas lagrimas que brotaban de sus ojitos vidriosos, bajando por ambos lados de sus lindas naricillas.
Seguía buscando y mirando a su alrededor pensó, quizás me haya alejado demasiado, bajare unos metros más a ver si lo encuentro….
Llego a un remanso que hacia la corriente, alguien estaba sentada en la orilla con los pies en el agua.
Hola Vera ¿Qué haces? Dijo aquella que se mojaba los pies.
La niña contesto: estoy buscando mi pañuelo de seda, y pregunto, ¿tú quien eres? no te conozco.
Soy un hada, y vivo en este paraje.
La niña miraba con asombro aquella personilla y vio que unos metros más allá tendido al sol sobre la hierba estaba su pañuelo.
¡As encontrado mi pañuelo! Sorprendida dijo la niña de los tirabuzones.
Si ayer, lo traía el agua y lo recogí. Dijo aquella joven que seguía remojándose los pies.
Vera, con voz algo melosa y con respeto le dijo: Aria el favor de devolvérmelo, es de mi mamá y tengo que llevárselo.
Aquella personilla saco los pies del agua y se incorporo sobre la hierba, era de cuerpo menudo, de poco más altura que la niña.
Te lo devolvería…. Pero voy hacer algo mejor, te lo voy a cambiar por una varita mágica….

No sé qué admiro más, si tu destreza como escritora o tu determinación como forera.

Saludosssss.

Conclusión
Como crítica literaria usted no tendría precio. Contratada queda.

Saludosssss