EL DIA QUE YO ME VAYA: Quizás el día que yo me vaya no tenga tiempo de decir adiós, ni ganas. Mi cuerpo se quedará allí donde esté en ese momento. No me importará el lugar ni la hora. Ya no habrá nada de mi, de aquello que fui. Tan solo un cuerpo que acompañó a mi espíritu desde el día que nací. Al morir el cuerpo quedará allí y mi espíritu vagará por ahí, quizás hasta lo infinito. ¿Qué importa el estado en el que esté el cuerpo si el espíritu ya no está en el? En alguna parte quedarán los recuerdos de aquellos hechos que surgieron a mi paso. En el lugar que me vio naces, un día se correrá la voz de que morí. Algunos recordarán con cariño como fui. Otros, con menos aprecio por mí, dirán que ya era hora que me fuera. ¿Qué más da donde yo muera? Mi espíritu no se irá a vagar por lo infinito sin mirar por última vez....