EL PIÑERO: Pasadas las fiestas me atrevo a hacer una crónica taurina:...

Pasadas las fiestas me atrevo a hacer una crónica taurina: Con un joven alcalde en el Piñero corría el año 1970 a principios de verano, con la juventud a la cabeza, haciendo múltiples protestas y algaradas, en la zona de la torre y aledaños cercanos a la casa de don Cayetano García, llegando atarle la puerta y impedir que saliera para ir acarrear y rompiendo un trillo que permanecía en una trasera cercana. Esto más que protestar era vandalismo de la juventud, en algo tenían que entretenerse. Con aquellos mimbres hechos acontecidos y desvelos del señor alcalde se formó una empresa para que el día de la Magdalena volvieran los toros a la plaza mayor del Piñero. Tres hermosos novillos, tres. Procedentes de la ganadería de don Agustín gallego, dos de ellos negros zahínos corni gachos y mansurrones, el tercero corniveleto negro listón, dando un buen juego. El director de lidia debía estar por allí, pero nadie lo vio torear. En aquellos tiempos el susodicho torero, regentaba un famoso bar en Zamora y devío entender que era menos arriesgado poner copas en la barra del bar, que torear al corniveleto en la plaza de El Piñero. Para muchos sería una tarde más de toros, para los que contábamos pocos años fue la primera corrida al estilo popular. "Lo más, de lo más"