EL PIÑERO: Un águila contempla desde su atalaya el Juncal. La...

Un águila contempla desde su atalaya el Juncal. La pareja de pegas se afanan en terminar de hacer su nido en un zarzal que crece al lado de las junqueras. En el hueco de una encina la corneja coloca unas matas de hierbas secas que serán donde incube los huevos en días próximos. Una culebra protegida por los juncos, espera que su cuerpo tome temperatura para buscar algo que comer. Entre el sol y sombra de una encina la veterana vaca cárdenas oscura, está tumbada, sintiendo la paz y tranquilidad del lugar, ve el ir y venir de las pegas las cornejas y escucha cómo canta una perdiz en un lyndon de un trigal cercano. Todos sienten el sonido de carencias suave y profundo del cencerro que cuelga del collar que lleva en el cuello la cárdena. Las aves, reptiles, los roedores y demás seres de aquel paraje saben que la morucha cárdena oscura está rumiando. El cencerro con toques pausados, qué son propiciados por los golpes de mandíbula y el paso del alimento por la garganta de el rumiante, está marcando con ritmos sosegados y profundos el latir de los campos, en un día de la incipiente primavera.