Mi apoyo total, a esas gentes que madrugan para ejercer su profesión de ganaderos de carne. Ellos con su trabajo y esfuerzo hacen que podamos comer nuestra carne de cada día y colaboran para que mucha gente se puedan comer un chuletón. Sobre todo y más importante. Muchas familias de escasos recursos en nuestra España, gracias a esos ganaderos que madrugan, pueden echar al puchero un trozo de carne de falda, para acompañar a las humildes patatas. Señor ministro, vergüenza le tenía que dar, comer sin trabajar, y además ofrender a quien trabaja.