El sol brilla en las gotas de agua que salpican al pisar en el remanso bueyes, toros, y caballos cruzando desde el Arenal el Montoya. Los cencerros de los mansos marcan el paso que todavía es lento. Caribajo va el toro negro. El gentío en el Barrero grita, silva y se alborota, pues ven muy próximo el encierro. Es el año cincuenta y tantos. La comitiva de caballos, toros y cabestros está pasando por las eras, dejan atrás el camino que va al Barrinuevo. Norberto pica
espuelas, Lucio echa la vara al cabestro de cola, el toro negro levanta la testa, hincan las pezuñas los mansos en la arena caliente del camino, arrancan a galope, está comenzando el encierro. Los silbidos y los gritos aumentan, los mozos golpean con las varas en el suelo, el polvo llena el camino, están subiendo el Barrero. El cabestro delantero acosado por los mozos, con pedradas y palos vuelve la testa hacia el Barrionuevo, detrás van los toros y los otros cabestros. Resuenan los cencerros, los silbidos y los gritos a los vaqueros. El primer espante ha sido un éxito.
espuelas, Lucio echa la vara al cabestro de cola, el toro negro levanta la testa, hincan las pezuñas los mansos en la arena caliente del camino, arrancan a galope, está comenzando el encierro. Los silbidos y los gritos aumentan, los mozos golpean con las varas en el suelo, el polvo llena el camino, están subiendo el Barrero. El cabestro delantero acosado por los mozos, con pedradas y palos vuelve la testa hacia el Barrionuevo, detrás van los toros y los otros cabestros. Resuenan los cencerros, los silbidos y los gritos a los vaqueros. El primer espante ha sido un éxito.