Aveces sin saber porque o como en este caso por una causa solidaria de ayudar a la pronta regeneración de la Sierra de la culebra, se unen varias fuerzas. La del sabor amargo del cacao, los sonidos y vibraciones de los cuencos Tibetanos, trazos de la pintura que unen la mirada profunda del lobo y la belleza de la cuerna del cervido. Detrás de estos hechos esta gente mágica tal como, Eva Monforte con su misticidad, Sandra Ballesteros y Marcos Hernández con el poder de sanación de los cuencos Tibetanos, y la plasticidad en el lienzo de Carlos Adeva, aportando el lugar la panadería Hernándo.