Posiblemente no opinaría de esta manera si hubiera sido uno de los muchos vecinos de
El Piñero que con sus
carros se dedicaron de manera alturista a transportar las
piedras extraidas del
Monasterio de Valparaiso para reconstruir la totalidad de la
torre, desde sus cimientos, la
espadaña,
campanario,
campanas y
órgano que quedó severamente afectado. Todo se reparó gracias a los propios piñereros no al "y ya está". No es tan facil querido Vientodel reparar un petril y una torre de
iglesia que se derrumbaron
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