El viento azota las espadaña de la iglesia. La Veleta se mueve inquieta, ante el ventarrón. Los nubarrones pasan, dejando escasas gotas de lluvia. Dentro de la nave del templo, se escucha el silbido del viento. Que roza con agresividad las campanas. Los canceles cerrados, parecen custodiar a las silenciosas imágenes. Que estáticas, dejan que pase el tiempo. Diferente es la imagen del Cristo de los legionarios. Por aquellos lares, en Málaga. Al son, de la canción que se creara para la cabaretera. Que ahora con voz marcial se la cantan. Pueden estremecer las imágenes. Más, se estremeceria cualquiera. Creyente o sin serlo. Al contemplar a la Dolorosa estando sola, llorando en silencio. Con Cristo muerto en su regazo. En el templo que azota el viento.
Muy hermoso