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EL PIÑERO: Excelente, para quitarse el sombrero Vientodel.

Canta El Lebrijano, con la orquesta Andalusí de Tánger. Dame la libertad. Para que se quiere la libertad de los mares o las marismas. Si, se puede ser libre como el viento, que peinan las ramas de los pinos del Monruelo. Después de haber pasado por Corre Caballos, los Quemaos, la Peguera, la Muñequina. Viento mezclado con el aroma del tomillo del Montico. Zigzagueando, por Las Gabias, sintiendo el olor de las amapolas. Aire que juega con las aspas del molino de viento. Con respeto, roza las paredes del cementerio. Baja y se pierde por las calles de El Piñero. Desde la Torre, contempla el tejado del matadero, los Álamos de la orilla del Talanda. Acercándose a ellos juega con sus hojas. Se cuela entre las espineras, donde besa con suavidad sus diminutas flores blancas. Sube y roza las plumas de la cigüeña que está en su nido, mirando el día a día de la gente del pueblo. En su libertad el viento se va hasta las Gadañas, sigue por los Prados de Abajo, oliendo la hierbabuena silvestre. Para después perderse en el Honda, entre el almoralux y las encinas.

Excelente, para quitarse el sombrero Vientodel.