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EL PIÑERO: Cada día un poquito más largas son las tardes, y más...

Cada día un poquito más largas son las tardes, y más madrugador el sol por las mañanas. En las orillas del Montoya crece la hierba, abrazando los troncos de los chopos y de los Álamos. Permitiendo estar debidamente oculto el nido de un ruiseñor, al lado de un joven olmo. En su nido ya hay dos huevos. No lejos de allí en un zarzal, la urraca está incubando. Al amanecer es el ruiseñor el que canta, también los gorriones cantan en la espinera y el mirlo mientras recorre el cauce del Talanda. Cuando cae la noche y se alza la luna, se escucha el cántico del agua. A veces el agua se siente sola y por momentos se calla. Para soñar, en llegar al río y ir acompañada. Soñando cruza el agua por debajo del puente, para escuchar al ruiseñor cuando canta. Seguirán soñando con ser un gran río en el que un barco navegue sus aguas.