Hace pocos días tuve la emocionante oportunidad de visitar Fermoselle, Villar del Buey y Salce, pueblos ligados a mi familia, por distintas vertientes. También con mi cuñada en Fermoselle seguimos los rastros de la familia Regojo. Digo "emocionante" y no puedo más que sentir que soy egoísta en la calificación. Allí visité los frentes de mis antepasados: Blanco, Velazco y Silvosa. Volví a mi país con la sensación de haber dejado algo allí. Pude recorrer las calles por donde jugaron mis abuelos. Volviendo a nuestro lugar de residencia (Daireaux - Provincia de Buenos Aires) sólo pido a quienes habitan por allí que cuiden el patrimonio y no dejen caer en el olvido la historia. Conserven todo lo que puedan y sigan creyendo en el inmenso valor de la familia. Un abrazo desde Argentina.