Ferreruela es uno de esos pequeños pueblos donde todavía se pueden ver algunos restos de lo que durante muchos años fue la forma de vida de una gran parte de la España rural, casas de adobe y piedra, rebaños de ovejas y cabras, carros tirados por vacas.Una vida dura y austera en una tierra semimontañosa, difícil de cultivar.Esa vida difícil es lo que hizo que se quedara sin población, pero también es lo que ha permitido que la naturaleza y el paisaje sean cada vez más salvajes. La peñas enormes que salen de las colinas como cuchillos de sierra, las encinas, los robles, los montes repletos de jaras merecen un paseo. Seguro que tampoco os olvidareis del restaurante casa PEPA, ni los otros bares de la Plaza del Pueblo.