Hola, Natividad: ya hace tiempo que no te dejo aquí un poema sobre esa tierra que te tiene enamorada. En este caso es un soneto sobre la siembra...
Un abrazo
LA SEMENTERA
A mi padre,
de cuya imagen he tomado los movimientos
Con mano pendular, sincronizada
al ojo, al corazón y a la rodilla,
el hombre desparrama la semilla
del trigo, del centeno o la cebada.
La tierra está dispuesta y abonada
en toda su extensión, de orilla a orilla;
y espera, como hembra, la mancilla
del hombre, del arado, de la azada.
Y ya cuando se siente penetrada
y el vaso de su vientre se desborda
adquiere su razón la sementera.
Entonces quedará sacralizada
en una espera húmeda que engorda
su carne para hacerse primavera.
Mariano Estrada, del libro "Trozos de cazuela compartida"
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