Luz ahora: 0,01032 €/kWh

FUENTE ENCALADA: . A. Casquero...

. A. Casquero

«Lava, lava, tiende, tiende, la ropita debajo del puente» al unísono cantaban a primera hora de ayer un grupo de mujeres de Fuente Encalada. En este pueblo no hay puente, pero la canción inundaba los prados cercanos de los lavaderos junto a la fontana de la fragua donde el verde pavimento de la campiña cercana servía de nuevo, como hasta hace unas décadas, para tender las prendas al sol. Unas sábanas más blancas y relucientes, mandiles o delantales, camisas, pantalones y, cómo no, la ropa interior gracias al jabón fabricado con sosa, manteca y tocino. ¡Ah! y unas buenas manos para golpear con fuerza las prendas sobre las losas de piedra para que salga la suciedad.

El grupo de mujeres de Fuente Encalada quería así, con esta iniciativa, revivir el oficio de lavanderas en los recientemente restaurados lavaderos junto a la fragua. Y lo hacía precisamente en uno de los días más grandes hasta ayer en esta localidad. En el Día del Corpus que por motivos de escasez de curas ha tenido que trasladarse por primera vez en la historia a mañana sábado. Fuente Encalada junto a Junquera de Tera eran los dos únicos pueblos de la comarca benaventana en celebrar en uno de los jueves del año que relucen más que el sol, la festividad del Corpus Cristi. Ya sólo se celebraba ayer en Junquera de Tera.

Pilar, Aurora, Nati, María Adelaida, Virginia, Pepina, Elena y la niña Leticia prepararon en la noche anterior la cita en los lavaderos. Provistas de baldes y cubos llenos de ropa y cada una con su pieza de jabón «hecho en casa», algunas rememoraron sus vicisitudes cuando acudían a la fontana. Son otros tiempos, en los que la llegada a las casas del agua corriente propició la instalación de una pila de lavar en el patio dejando sin uso las antiguas instalaciones de los lavaderos públicos. La llegada de las lavadoras a las casas ya era el no va más. La primeras reticencias al instalar las máquinas cuyo bombo rodante suprimía a la fuerte presión de las prendas entre las manos, fueron dando paso a la modernidad. Pero este grupo de mujeres quería así con esta iniciativa no sólo reconocer el trabajo de facendera y de los empleados del Ayuntamiento al rehabilitar los lavaderos que consistieron en uno de los lugares de encuentros más concurridos. Se da la circunstancia de que el oficio de lavanderas solo lo ejercían las mujeres.

El grupo de mujeres de Fuente Encalada, antes de irse para sus casas, tenía que esparcir algunas gotas de agua sobre las telas tendidas al sol de la pradera cobijada por los cercados de piedra de las huertas. La faena ya estaba lista. A partir de ahora permanece el recuerdo de tantas cuitas y risas en los lavaderos de la fragua. Un vermouth y unos vinos de la tierra en el bar del pueblo hacía las veces del encuentro de vecinos que hasta este año y en el jueves que reluce más que el sol prolongaba el festejo local tras la misa y procesión con el Santísimo.

Será precisamente mañana sábado cuando los vecinos de Fuente Encalada asistan a la misa solemne del Corpus y la procesión por las calles con la Custodia. Los juegos de mesa y autóctonos darán paso a la verbena en la que participan no sólo los vecinos de Fuente Encalada, sino también los de los pueblos próximos, aunque la proliferación de festejos durante este fin de semana competirá en asistencia a las veladas musicales que se celebran por los pueblos de la comarca.