El éxito de una empresa está en tener trabajadores que arrimen el hombro»
«Ahora los jóvenes no se esfuerzan tanto y ponen más pegas que antes»
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Perfil. Zamora
M. J. F. Fue el primer trabajador contratado por la empresa de elaboración de embutidos Hijos de Dionisio Sánchez, ubicada en Fuentesaúco, donde ha desarrollado toda su trayectoria laboral durante los últimos 48 años. Ahora, obligado a retirarse por problemas de salud, recibe la Medalla a la Lealtad a la Empresa otorgada por la Cámara de Comercio e Industria de Zamora.
— ¿Cuántos años tenía cuando comenzó a trabajar en Hijos de Dionisio Sánchez?
—Comencé a trabajar en la empresa cuando tenía 17 años así que llevo toda mi vida allí. Es el único sitio en el que he trabajado y lo seguiría haciendo si no fuera por el problema que tengo en las piernas. Los dueños de la empresa siempre me han tratado muy bien y les tengo mucho cariño.
— ¿Qué recuerdos tiene de esa primera etapa en la empresa?
—Empecé a trabajar con los padres de mi actual jefe, que tenía sólo dos meses cuando yo entré en la empresa y lo he visto crecer al igual que a sus cuatro hermanos. Yo fui el primer trabajador. Al principio sólo estaba yo con el matrimonio que llevaba el negocio. Luego se fueron contratando más empleados hasta alcanzar una plantilla de hasta 80 personas algunas temporadas, aunque en la actualidad hay unos 40 trabajadores. Siempre ha sido una empresa muy familiar y recuerdo que cuando yo empecé la jefa nos hacía el almuerzo a los trabajadores. Hay algunos que también llevan media vida en la empresa, hasta 25 años en algunos casos.
— ¿Qué labor desempeñaba dentro del negocio?
—Yo he hecho un poco de todo. He sido el encargado pero empecé matando marranos y también trabajé en la fase de deshecho. Al principio todo el trabajo era manual pero poco a poco se fueron metiendo máquinas y el proceso es mucho más automático, las piezas ya no se trasladan a peso, sino por raíles.
— ¿Cree que esa modernización resta autenticidad a la elaboración de los embutidos?
—En nuestro caso no porque aunque se haya modernizado la maquinaria se siguen manteniendo métodos tradicionales para preservar la calidad del producto. Se hace una selección del género y de las piezas y se prolonga su estancia en las cámaras frigoríficas para que pierdan agua, algo que no hacen las grandes compañías.
— ¿Considera que la crisis ha afectado en mayor medida a las pequeñas empresas?
— Está claro que la crisis ha afectado a todas las empresas y a todos los sectores.
— ¿Cuál cree que ha sido la clave del éxito que ha permitido triunfar a pequeños negocios como Hijos de Dionisio Sánchez?
—Yo creo que la clave del éxito reside en tener buenos trabajadores y que sepan arrimar el hombro cuando hace falta.
—La reforma laboral incluye algunos recortes de los derechos de los trabajadores para garantizar la supervivencia de las empresas, ¿cree que el fin justifica los medios?
—Nosotros todos los temas que hemos tenido que negociar en la empresa los hemos tratado directamente con los jefes y nunca hemos tenido ningún problema.
— ¿Recuerda cuánto le pagaron en su primer sueldo?
—Unas mil pesetas al mes, que no era mucho pero a mí me llegaba.
— ¿Cuántas horas ha llegado a trabajar en una jornada de trabajo?
—En algunas ocasiones he entrado a trabajar a las seis de la mañana y no he salido hasta las once de la noche. Antes las jornadas laborales eran así y nadie se quejaba. Pero eso fue sólo al principio, luego las jornadas pasaron a ser de entre ocho y diez horas en función de los pedidos pendientes.
—En su opinión, ¿ahora no se trabaja tanto como antes?
—Ahora la juventud no tiene tantas ganas de trabajar. Antes hacían todo lo que se les pusiera por delante y ahora sólo ponen pegas.
— ¿Qué opina sobre el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años?
—Yo cumplo 65 años este mes y desde luego si pudiera seguiría trabajando porque siempre me ha gustado mucho. De hecho yo no sirvo para quedarme en casa.
—Cuando no trabaja, ¿qué aficiones tiene?
— Ahora ya llevo cuatro meses de baja pero me sigo despertando a las seis y media de la mañana porque estoy pensando en cómo funcionara todo en la empresa sin mí. Después de tantos años no puedo evitar dejar de preocuparme aunque sé que no hay ningún problema. Yo creo que he trabajado tanto o más que si la empresa hubiera sido mía. Fuera del trabajo me gusta ir a la huerta con algún amigo o a ver a mi hijo, que se está haciendo una casa nueva.
— ¿Cuántos hijos tiene?
—Tengo cuatro hijos y dos nietos que son mi alegría.
—Después de tantos años, ¿se considera un experto en embutidos?
—Un experto no pero se podría decir que algo entiendo. Desde luego en mi casa siempre hacemos matanza con cerdo ibérico, eso no falla ningún año.
— ¿Qué le parece haber sido propuesto por sus jefes para recibir la medalla a la lealtad en la empresa?
—Sin duda, una gran satisfacción. Al principio no me lo creía porque no me lo esperaba pero me hace muy feliz recibir esta medalla. Mis jefes siempre me han tratado muy bien y les tengo mucho cariño
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M. J. F. Fue el primer trabajador contratado por la empresa de elaboración de embutidos Hijos de Dionisio Sánchez, ubicada en Fuentesaúco, donde ha desarrollado toda su trayectoria laboral durante los últimos 48 años. Ahora, obligado a retirarse por problemas de salud, recibe la Medalla a la Lealtad a la Empresa otorgada por la Cámara de Comercio e Industria de Zamora.
— ¿Cuántos años tenía cuando comenzó a trabajar en Hijos de Dionisio Sánchez?
—Comencé a trabajar en la empresa cuando tenía 17 años así que llevo toda mi vida allí. Es el único sitio en el que he trabajado y lo seguiría haciendo si no fuera por el problema que tengo en las piernas. Los dueños de la empresa siempre me han tratado muy bien y les tengo mucho cariño.
— ¿Qué recuerdos tiene de esa primera etapa en la empresa?
—Empecé a trabajar con los padres de mi actual jefe, que tenía sólo dos meses cuando yo entré en la empresa y lo he visto crecer al igual que a sus cuatro hermanos. Yo fui el primer trabajador. Al principio sólo estaba yo con el matrimonio que llevaba el negocio. Luego se fueron contratando más empleados hasta alcanzar una plantilla de hasta 80 personas algunas temporadas, aunque en la actualidad hay unos 40 trabajadores. Siempre ha sido una empresa muy familiar y recuerdo que cuando yo empecé la jefa nos hacía el almuerzo a los trabajadores. Hay algunos que también llevan media vida en la empresa, hasta 25 años en algunos casos.
— ¿Qué labor desempeñaba dentro del negocio?
—Yo he hecho un poco de todo. He sido el encargado pero empecé matando marranos y también trabajé en la fase de deshecho. Al principio todo el trabajo era manual pero poco a poco se fueron metiendo máquinas y el proceso es mucho más automático, las piezas ya no se trasladan a peso, sino por raíles.
— ¿Cree que esa modernización resta autenticidad a la elaboración de los embutidos?
—En nuestro caso no porque aunque se haya modernizado la maquinaria se siguen manteniendo métodos tradicionales para preservar la calidad del producto. Se hace una selección del género y de las piezas y se prolonga su estancia en las cámaras frigoríficas para que pierdan agua, algo que no hacen las grandes compañías.
— ¿Considera que la crisis ha afectado en mayor medida a las pequeñas empresas?
— Está claro que la crisis ha afectado a todas las empresas y a todos los sectores.
— ¿Cuál cree que ha sido la clave del éxito que ha permitido triunfar a pequeños negocios como Hijos de Dionisio Sánchez?
—Yo creo que la clave del éxito reside en tener buenos trabajadores y que sepan arrimar el hombro cuando hace falta.
—La reforma laboral incluye algunos recortes de los derechos de los trabajadores para garantizar la supervivencia de las empresas, ¿cree que el fin justifica los medios?
—Nosotros todos los temas que hemos tenido que negociar en la empresa los hemos tratado directamente con los jefes y nunca hemos tenido ningún problema.
— ¿Recuerda cuánto le pagaron en su primer sueldo?
—Unas mil pesetas al mes, que no era mucho pero a mí me llegaba.
— ¿Cuántas horas ha llegado a trabajar en una jornada de trabajo?
—En algunas ocasiones he entrado a trabajar a las seis de la mañana y no he salido hasta las once de la noche. Antes las jornadas laborales eran así y nadie se quejaba. Pero eso fue sólo al principio, luego las jornadas pasaron a ser de entre ocho y diez horas en función de los pedidos pendientes.
—En su opinión, ¿ahora no se trabaja tanto como antes?
—Ahora la juventud no tiene tantas ganas de trabajar. Antes hacían todo lo que se les pusiera por delante y ahora sólo ponen pegas.
— ¿Qué opina sobre el retraso de la edad de jubilación de los 65 a los 67 años?
—Yo cumplo 65 años este mes y desde luego si pudiera seguiría trabajando porque siempre me ha gustado mucho. De hecho yo no sirvo para quedarme en casa.
—Cuando no trabaja, ¿qué aficiones tiene?
— Ahora ya llevo cuatro meses de baja pero me sigo despertando a las seis y media de la mañana porque estoy pensando en cómo funcionara todo en la empresa sin mí. Después de tantos años no puedo evitar dejar de preocuparme aunque sé que no hay ningún problema. Yo creo que he trabajado tanto o más que si la empresa hubiera sido mía. Fuera del trabajo me gusta ir a la huerta con algún amigo o a ver a mi hijo, que se está haciendo una casa nueva.
— ¿Cuántos hijos tiene?
—Tengo cuatro hijos y dos nietos que son mi alegría.
—Después de tantos años, ¿se considera un experto en embutidos?
—Un experto no pero se podría decir que algo entiendo. Desde luego en mi casa siempre hacemos matanza con cerdo ibérico, eso no falla ningún año.
— ¿Qué le parece haber sido propuesto por sus jefes para recibir la medalla a la lealtad en la empresa?
—Sin duda, una gran satisfacción. Al principio no me lo creía porque no me lo esperaba pero me hace muy feliz recibir esta medalla. Mis jefes siempre me han tratado muy bien y les tengo mucho cariño