Dos días mas tarde, fiesta de San Esteban, celebrábamos la fiesta del Gallo. El día grande para los quintos. A partir de ahí se acababan las disculpas. El hombre he de cumplir como tal, en el tajo y en el amor. Eso se espera de él, que trabaje y forme una familia.
Por la mañana fuimos los tres con los caballos. Unas carreras suaves para desfogarlos, que soltaran las piernas y perdieran el miedo a estar entre la gente. Paramos...