Antonio García Alonso durante el pregón.
Foto S. R.
MULTIMEDIA
Fotos de la noticia
S. RAMOS, FUENTESPREADAS Al sol que más calienta y con una amplia gama de colorido y de variedad se inauguraba ayer la octava edición del Mercado Romano de Fuentespreadas, con un canto al asociacionismo. La proclama inaugural del maestro y escritor Antonio García Alonso, natural de Fuentespreadas, quien presentara en la primavera pasada en el mismo pueblo su última novela, «Los lagartos de la quebrada», destacó la encomiable labor de muchos habitantes del pueblo que son los auténticos promotores de que año a año se haya ido consolidando este variopinto zoco que trata de recordar el hallazgo del ajuar romano encontrado en el pago de Santa Colomba de este municipio de Tierra del Vino en el año 1970.
La Asociación Cultural «Sibaria» con más de 200 socios, ha sido sin duda el motor incansable en la organización de este evento, que favorece la convivencia entre los propios residentes en la localidad y los forasteros de pueblos cercanos que se han visto involucrados de manera voluntaria en esta iniciativa. Dicha asociación fue creada en 1987 por los jóvenes del pueblo, y tras un parón considerable los hijos y descendientes de aquella juventud han vuelto a tomar el testigo y día a día han conseguido que las actividades culturales, medioambientales y lúdicas estén presentes en los momentos que más censo registra Fuentespreadas, que es precisamente en el verano y en navidades. Durante el estío los jóvenes de esta zona se han implicado a fondo en la puesta en marcha de diferentes actividades del verano cultural y la puesta en escena del mercado romano, que partía ayer con 23 puestos ubicados en la zona del Cabildo mostrando una imagen acorde con la que supuestamente existía en la época tardorromana. Artesanos del cuero, alimentos como el queso, la repostería o los licores, compartían espacio con otros puestos en los que se ofertaban diferentes joyas y manualidades realizadas por gente de la villa.
Un zoco que permanecerá abierto en horario de tarde durante todo el fin de semana y en el que no faltará la animación como la escuela de malabares que se desarrollará durante estos días, la comida popular, la cata de vinos o la sesión de circo y fiesta romana.
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S. RAMOS, FUENTESPREADAS Al sol que más calienta y con una amplia gama de colorido y de variedad se inauguraba ayer la octava edición del Mercado Romano de Fuentespreadas, con un canto al asociacionismo. La proclama inaugural del maestro y escritor Antonio García Alonso, natural de Fuentespreadas, quien presentara en la primavera pasada en el mismo pueblo su última novela, «Los lagartos de la quebrada», destacó la encomiable labor de muchos habitantes del pueblo que son los auténticos promotores de que año a año se haya ido consolidando este variopinto zoco que trata de recordar el hallazgo del ajuar romano encontrado en el pago de Santa Colomba de este municipio de Tierra del Vino en el año 1970.
La Asociación Cultural «Sibaria» con más de 200 socios, ha sido sin duda el motor incansable en la organización de este evento, que favorece la convivencia entre los propios residentes en la localidad y los forasteros de pueblos cercanos que se han visto involucrados de manera voluntaria en esta iniciativa. Dicha asociación fue creada en 1987 por los jóvenes del pueblo, y tras un parón considerable los hijos y descendientes de aquella juventud han vuelto a tomar el testigo y día a día han conseguido que las actividades culturales, medioambientales y lúdicas estén presentes en los momentos que más censo registra Fuentespreadas, que es precisamente en el verano y en navidades. Durante el estío los jóvenes de esta zona se han implicado a fondo en la puesta en marcha de diferentes actividades del verano cultural y la puesta en escena del mercado romano, que partía ayer con 23 puestos ubicados en la zona del Cabildo mostrando una imagen acorde con la que supuestamente existía en la época tardorromana. Artesanos del cuero, alimentos como el queso, la repostería o los licores, compartían espacio con otros puestos en los que se ofertaban diferentes joyas y manualidades realizadas por gente de la villa.
Un zoco que permanecerá abierto en horario de tarde durante todo el fin de semana y en el que no faltará la animación como la escuela de malabares que se desarrollará durante estos días, la comida popular, la cata de vinos o la sesión de circo y fiesta romana.