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Miles de personas respondieron este sábado al llamamiento del movimiento de los Indignados y rodearon el Congreso en Madrid para protestar contra los planes de austeridad del gobierno, pidiendo a los dirigentes políticos que dimitan de sus cargos.

" ¡No!", " ¡Dimisión!", y " ¡Democracia!" pedían los manifestantes en las pancartas en medio de una multitud que gritaba que los políticos "no nos representan".

O también "roban, golpean, no nos representan", para denunciar los recortes que asfixian a la población y la reacción de los policías a una manifestación el martes anterior.

Esa manifestación, convocada a través de las redes sociales con la consigna "Rodea el Congreso", "Salva la democracia", degeneró cuando grupos de jóvenes lanzaron piedras contra los retenes de la policía, que reaccionaron a bastonazos y disparando balas de goma.

Desde ese día los manifestantes prometieron regresar para rodear el Congreso.

El enorme desfile por el centro de la capital española fue vigilado de cerca por la policía antidisturbios.

"He venido a todas las protestas" desde el 7 de abril de 2011, la fecha del nacimiento de ese movimiento, dijo Nuria Camacho, una manifestante de 40 años, ex empleada de una empresa farmacéutica en Madrid, que lleva tres meses en paro.

"Estoy aquí por los recortes. Desde que llegó (el gobierno del conservador Mariano Rajoy) hace unos meses, todo han sido recortes, en sanidad, en educación", se quejó Camacho.

Además, recordó que su hijo de 20 años, que estudia filosofía, "tiene que pagar el doble" en la universidad, cuyo precio pasó de 700 euros a 1.400.

"Mis padres viven con pensiones muy bajas y tienen que pagar los medicamentos", apuntó Camacho. "Hay que salir a la calle, cada día. Creo que sí, que puede haber marcha atrás" por parte del gobierno, aseguró.

Roberto Lareu, de 42 años, trabajador de la industria del automóvil, no vaciló en viajar desde Vigo, en Galicia, a centenares de kilómetros de Madrid, para venir a manifestar por primera vez en la capital española.

"La gente está cansada. Hemos aguantado mucho", asegura.

Con un salario de 1.400 euros mensuales se considera un privilegiado. "A mí no me han tocado el sueldo pero si, han subido los impuestos, la gasolina, nos han recortado la educación, la sanidad. todo esto es muy injusto", dice.

Cae la noche en Madrid. Los manifestantes ya llevan varias horas reunidos en la gran plaza de Neptuno, frente a los cordones de policías antimotines desplegados masivamente en torno al Congreso.

"Que se vayan, ohé, ohé", "No nos representan", gritan tocando las palmas. " ¡Dimisión!", responde la multitud.

El gobierno de Mariano Rajoy, que obtuvo en Bruselas una flexibilización de su objetivo de déficit público, a 4,5% del PIB el año próximo, deberá como contrapartida continuar en la vía de la austeridad, y presentó un presupuesto para 2013 que prevé economías por un monto de 39.000 millones de euros.

Con un desempleo que ya llega al 24,63% de la población activa, la exasperación social en España es cada vez más fuerte en los últimos meses a raíz de las medidas de austeridad y el aumento de impuestos, entre ello el IVA, que afecta por igual a todos los españoles.

"Creo que la situación actual en España se está haciendo muy injusta, hay gente que tiene un nivel de vida muy alto y no se lo merece", declaró Inés Sánchez, una manifestante de 17 años.

"No se está haciendo justicia, creo que la única forma de decir basta es venir aquí y hacernos oír de los políticos, hacerles ver que la población está descontenta", añadió la joven