Hace cincuenta años, alguien hubiera dicho. Como hoy no tenemos que
trillar, pues por la tarde estaría el balago lento. Con sol radiante y viento fresco la gente se dirigía a la zona del verdugal. En el llano donde se soltarían los novillos, sito en el pago de la Peguera ya estaba formada una circunferencia no perfecta pero de muy buen trazo. Con
coches de todas las clases y caballajes a ellos unidos
motos quads y las bestias montadas por su jinetes. Con una visión global, se podía decir que había
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