
Garavito y Abe, yo tambien fui monaguillo, pero solo por un día, a mi me despidió el cura, pero no fue por beberme el vino, ni comerme las ostias sin hache, ni por urgar en las perrillas del cepillo, fué porque habia que cantar y me dijo que yo no tenía oido; además por un día ni derecho a indemnización. Como veis no tuve mucha suerte con los curas, yo lo intenté. Quiero deciros que esto no fué en Hedroso. No sé si tendría mucha razón aquel cura o poca paciencia conmigo, porque cuando estabamos en Hedroso en el mes de Mayo teníamos que ir a cantarle a la Virgen y le cantabamos, bien o mal pero le cantabamos. Otro día os hablaré de los Jesuitas. Adios hijos míos, queridos niños.