S. RAMOS, JAMBRINA Usted se encuentra en la calle frente a un atracador y grita para pedir ayuda. Seguramente saldría de su boca una expresión como ¡Socorro! o ¡Auxilio!. ¿Está haciendo lo correcto? Probablemente no, porque resulta más efectivo gritar ¡Fuego!, la palabra que automáticamente hace reaccionar a todo el que la escuche, mientras que cuando oye ¡Socorro! «la gente se ha vuelto más pasota» y teme ser el primero en asomarse para no verse implicado en algún suceso desagradable. Esta es una ... (ver texto completo)