Aquellos que el sol de agosto dio
color y endulzo, estando prendidos a los sarmientos que brotaron en abril, recibieron las
aguas de mayo, escucharon en la lejanía los cohetes de la celebración de
San Antonio en junio, y el día de la Magdalena se despertaron con el repique de
campanas, ese mismo día paso cerca una perdiz con sus polluelos, el polvo del encierro no llego hasta allí, pues este año no se dieron las condiciones sanitarias para que sucediera. En septiembre al despuntar el alba, el rocío
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