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LAS HEDRADAS: Tu gatita muy bonita, yo también tuve una así, gato...

Sofía, te presento a mi Kyara.:-)
Os la presento a tod@s, je, je.
Saludos.

Tu gatita muy bonita, yo también tuve una así, gato común europeo, son muy listos y muy cariñosos y con una gran intuición, no sabes lo que es un gato hasta que no lo tienes. Nosotros cuando íbamos al monte la llevábamos con nosotros y la soltábamos, trepaba a los arboles, se afilaba las uñas... la primera vez creíamos que no iba a volver, que la habíamos perdido, pero en cuanto abrimos el coche allí estaba ella. Cuando volvían los niños del cole ya estaba ella esperándoles en la puerta. Pepe, tu relato me ha gustado mucho, parece que lo iba viviendo según lo ibas contando. Eso me pasa a mi cuando empiezo a ver xestas, urces, carqueixas y carballos, me sube la adrenalina. Hubo épocas en que la noche anterior ya no dormía con la emoción y cuando estaba allí, me levantaba de madrugada a mirar por la ventana para no perderme nada. Me encantaba oír los gallos, los pájaros y hasta los perros ladrar... todo eso es vida y naturaleza, en la capital por desgracia, muchas veces no oímos más que el ruido de los coches. Es un placer cuando llueve oír el agua en los cristales y en el tejado. Desde mí casa se oye el ruido del arroyo que baja de la sierra, sobre todo cuando baja crecido; yo me crié con el ruido del agua, el arroyo, la fuente, los canalones del tejado cayendo en el corral... creo que no hay mejor píldora para dormir que esa.
Estrella, tienes suerte de poder ejercitar tu vida laboral desde tu pueblo, todo el mundo no ha tenido esa suerte y han tenido que salir fuera, te aseguro que si yo hubiera tenido esa oportunidad igual que tu, la hubiera aprovechado eso más que amor al pueblo es una suerte y más con los tiempos que corren. Otros se tienen que ir y no solo cuatrocientos o quinientos quilómetros, sino salir de su país que es peor.
Yo creo que nadie se va de su tierra por gusto.
Pepe, para no ser de letras, se te da muy bien. Sofia, estamos esperando que nos digas algo. Blas, a ti también te estamos esperando, tu eres el aceite, la vinagre y la sal de la ensalada. Un beso para todos.