Las paredes del Cortello dos Lobos son cóncavas a fin de facilitar la entrada del Lobo usando como cebo un cordero que se ataba en el centro del recinto. Al intentar salir, las paredes inclinadas hacia el interior dificultaban la salida del animal que al ser visto desde el
campanario de la
iglesia, se daba la alarma con las
campanas para subir a capturarlo.