Aunque no seamos fervientes practicantes de la religión católica, nuestra virgen de la Tuiza está presente en nuestras vidas... Es algo nuestro, nos ayuda, nos cuida y necesitamos sentir ese cobijo. Por éso no es sorprendente ver una lágrima de emoción ante su imagen en personas que apenas vamos a la iglesia... Tenemos fé, porque creemos en ella. Nunca nos abandones, danos fuerza. ¡Te necesitamos!